Fue su noche y difícilmente le pudo ir mejor. Actuó decisivamente para la consecución de un título, lo hizo bajo sus nuevos palos y sobre su nuevo césped. Y sin embargo, son viejos conocidos. Y lo hizo parando el caudal creativo y ofensivo del gran rival. Del, además, campeón alemán, el Borussia Dortmund. Fue su momento, el primer paso de Ralf Fährmann para consolidar en número 1 vacante con la salida de Neuer del Schalke y que ahora le pertenece.
Ese reto y responsabilidad está asumido. Inevitablemente, las semanas previas a la competición ofrecen la comparativa entre ambos porteros, la capacidad del sustituto de ocupar el vacío de uno de los nombres propios del equipo hasta hace escaso tiempo. Neuer partió hacia el Bayern y en Gelsenkirchen recordaron a un joven guardameta. Ralf formó parte de la cantera del Schalke, llegándole el momento de debutar con el primer equipo en 2008, nada más y nada menos que ante el mismo Dortmund en el Westfalen. Un partido recordado por el impacto del resultado, un 3-3 que previamente fue un 1-3. Más adelante, Fährmann terminó saliendo del club. Marchó en 2009 hasta Frankfurt, hacia el Eintracht con un contrato hasta 2012. No pudo cumplirlo en toda su extensión. Este año le reclamaron, una segunda oportunidad brindada para triunfar en donde había salido.
Nada más empezar, en casa, tocaba el Dortmund. En su reestreno, como la primera vez, tendría que guardar su portería frente a los delanteros rivales y el peso de la rivalidad. Rodeado de su propia grada, expectante. Y el partido tuvo una senda nada sorpresiva. El Dortmund jugaba más y mejor, y mientras el Schalke se veía acotado a contragolpes el Dortmund disfrutaba de ocasiones suficientes para decantar el partido. Una vez lo evitó el palo, pero otras muchas fue Fährmann quien no dejó abierta ninguna opción. Intervenciones variadas, todas acertadas. Hasta el punto de, obviada la prórroga, responder de nuevo en la tanda de penaltis. Dos paradas negaron al Dortmund el título y el Schalke de Rangnick sumó otro trofeo tras la pasada Copa. Ya, definitivamente, Fährmann era el nombre de la final, el primer personaje del fútbol alemán en este nuevo curso.
Fue repasando su actuación cuando me acordé de algo más. De la última jornada de la pasada Bundesliga, en donde un Dortmund ya campeón cerraba la temporada en su campo ante un Eintracht al límite y finalmente descendido. Un 3-1 sin historia aparente, pero sí real con la perspectiva del tiempo. Ahí Fährmann, titular en el último tercio de temporada, no pasó desapercibido gracias a dos penaltis detenidos. Como ayer. Contra el Dortmund, como ayer. Y no está mal señalar cómo antes, cuando Fährmann no era titular habitual en los primeros meses, sí jugó en la primera vuelta ante el Dortmund.
Aún tiene 22 años. Y la suerte que no todos tienen de regresar al lugar de origen y demostrar, quizá en un momento más adecuado, hasta qué punto alcanza su valía. Un comienzo prometedor ante un Dortmund empeñado, ya vemos, en cruzarse en su todavía escueta trayectoria.
domingo, 24 de julio de 2011
El reencuentro triunfal de Fährmann
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