martes, 26 de julio de 2011

La AFA adultera su fútbol

La idea de una nueva categoría en el fútbol argentino la pudimos conocer por vez primera el pasado 13 de julio en Revista Veintitrés (enlace). La propuesta en sí misma me produjo rechazo, por exagerada e interesada (salvar a River Plate de la B). Como cuenta el artículo, la intención de origen enunciaba que "el certamen tendrá 40 equipos, los 20 de Primera y los 20 del Nacional. River, así, no pierde la categoría". Para que lo último ocurriera se necesitaba una aplicación inmediata. "Si bien la A y la B ya tienen fecha, el fin de semana del 7 de agosto, si los pasos se aceleran quizás el nuevo campeonato podría comenzar una semana más tarde".

Es ahora cuando ese borrador, con algún matiz, torna en realidad por decisión ampliamente favorable de la AFA. Esa categoría fusionada verá la luz finalmente en la temporada 2012-13. Una decisión excéntrica en las formas e intervencionista en el fondo. Con ello, se asegura virtualmente el regreso de River a la máxima categoría y, de paso, se libran a otros grandes como Boca Juniors de unos apuros que sufrirían por sus actuales promedios. Una manera frívola de actuar en donde la AFA adultera su propio fútbol y resta credibilidad a su sistema. Este es el último episodio de una trayectoria que confirma los injustos condicionantes que han ido favoreciendo a los clubes más grandes de Argentina.

- Promedios. Aplicados por vez primera a finales de los 50, fueron recuperados en 1983. Precisamente, en 1981, San Lorenzo, uno de los grandes, descendió. Además, River Plate también habría descendido de no haberse reinstaurado el sistema de promedios. Tomando el sistema los resultados de las últimas tres campañas, es altamente difícil que uno de los grandes caiga al descenso.

- Promociones. Instauradas en la temporada 1999-00, el reglamento da ventaja al equipo de Primera que intenta la permanencia frente al de Segunda que trata de ascender. Mediante la conocida como Ventaja deportiva al equipo de superior categoría le basta con alcanzar un empate en el resultado global. Al de Segunda sólo le vale ganar.

- Fusión Primera y B Nacional. Es el último ajuste, del que nos informan en las últimas horas. Desde agosto de 2012 habrá un nuevo campeonato de 38 equipos (20 de Primera, 16 de B Nacional, el campeón de la Primera B y el campeón del Argentino A). Una medida de amplio apoyo dentro de la AFA, y que ante el nuevo esceneario estrenará además la señal AFA TV. Con esta fusión de categorías, se asegura prácticamente que River no pase más de un año en Segunda y se elimina el riesgo de descenso que grandes como Boca, San Lorenzo y Racing podían correr por sus irregulares resultados. Ninguno temerá ahora correr la misma suerte que River.

Ha habido una sucesión de variables y condicionantes siempre pensados para privilegiar a los grandes, formando un sistema desigual e injusto donde los errores no se pagan de igual manera. Donde los grandes (o lo menos pequeños en caso de las Promociones) tienen ventaja previa. Una actuación así sólo puede infravalorar la estructura y la credibilidad del fútbol argentino. Cambios a medida, a la carta. Prevalece el oportunismo y los intereses provocando una forma de competición basada en la injusticia.

Nota. Julio Grondona es presidente de la AFA desde 1979.

domingo, 24 de julio de 2011

El reencuentro triunfal de Fährmann

Fue su noche y difícilmente le pudo ir mejor. Actuó decisivamente para la consecución de un título, lo hizo bajo sus nuevos palos y sobre su nuevo césped. Y sin embargo, son viejos conocidos. Y lo hizo parando el caudal creativo y ofensivo del gran rival. Del, además, campeón alemán, el Borussia Dortmund. Fue su momento, el primer paso de Ralf Fährmann para consolidar en número 1 vacante con la salida de Neuer del Schalke y que ahora le pertenece.

Ese reto y responsabilidad está asumido. Inevitablemente, las semanas previas a la competición ofrecen la comparativa entre ambos porteros, la capacidad del sustituto de ocupar el vacío de uno de los nombres propios del equipo hasta hace escaso tiempo. Neuer partió hacia el Bayern y en Gelsenkirchen recordaron a un joven guardameta. Ralf formó parte de la cantera del Schalke, llegándole el momento de debutar con el primer equipo en 2008, nada más y nada menos que ante el mismo Dortmund en el Westfalen. Un partido recordado por el impacto del resultado, un 3-3 que previamente fue un 1-3. Más adelante, Fährmann terminó saliendo del club. Marchó en 2009 hasta Frankfurt, hacia el Eintracht con un contrato hasta 2012. No pudo cumplirlo en toda su extensión. Este año le reclamaron, una segunda oportunidad brindada para triunfar en donde había salido.

Nada más empezar, en casa, tocaba el Dortmund. En su reestreno, como la primera vez, tendría que guardar su portería frente a los delanteros rivales y el peso de la rivalidad. Rodeado de su propia grada, expectante. Y el partido tuvo una senda nada sorpresiva. El Dortmund jugaba más y mejor, y mientras el Schalke se veía acotado a contragolpes el Dortmund disfrutaba de ocasiones suficientes para decantar el partido. Una vez lo evitó el palo, pero otras muchas fue Fährmann quien no dejó abierta ninguna opción. Intervenciones variadas, todas acertadas. Hasta el punto de, obviada la prórroga, responder de nuevo en la tanda de penaltis. Dos paradas negaron al Dortmund el título y el Schalke de Rangnick sumó otro trofeo tras la pasada Copa. Ya, definitivamente, Fährmann era el nombre de la final, el primer personaje del fútbol alemán en este nuevo curso.

Fue repasando su actuación cuando me acordé de algo más. De la última jornada de la pasada Bundesliga, en donde un Dortmund ya campeón cerraba la temporada en su campo ante un Eintracht al límite y finalmente descendido. Un 3-1 sin historia aparente, pero sí real con la perspectiva del tiempo. Ahí Fährmann, titular en el último tercio de temporada, no pasó desapercibido gracias a dos penaltis detenidos. Como ayer. Contra el Dortmund, como ayer. Y no está mal señalar cómo antes, cuando Fährmann no era titular habitual en los primeros meses, sí jugó en la primera vuelta ante el Dortmund.

Aún tiene 22 años. Y la suerte que no todos tienen de regresar al lugar de origen y demostrar, quizá en un momento más adecuado, hasta qué punto alcanza su valía. Un comienzo prometedor ante un Dortmund empeñado, ya vemos, en cruzarse en su todavía escueta trayectoria.

lunes, 11 de julio de 2011

El fútbol se reabre en Ucrania

Miramos a julio y no nos encontramos con un mes de descanso, de paréntesis. Es de hecho un mes puente, con una temporada que sale conforme la siguiente entra. Campos y latitudes enlazados por un balón. En donde Sudamerica busca campeón absoluto mientras México abraza a sus campeones mundiales Sub-17. Y en donde Europa da sus primeros pasos y nos ofrece la puesta en marcha del fútbol del Este. Hablaríamos de Eslovenia, pero sobre todo hablamos de Ucrania. Allí se celebró la Supercopa la pasada semana con el gran clásico ucranio entre Dinamo de Kiev y Shakhtar Donetsk. Ahí ganaron los de Kiev, aprovechando al máximo sus ocasiones y, eso sí, bordeando la caída durante muchos minutos. A merced de un Shakhtar dominador, ofensivo y, también es cierto, sin tino para finalizar, el Dinamo aguantó como pudo hasta encontrar un contraataque concluyente. Fuera las formas, no por carecer de importancia sino por ser sólo la primera toma de contacto, el Dinamo pudo sentir cierta satisfacción ante el equipo que en Ucrania le quita el foco. Y así nos encontramos con el arranque liguero.

El domingo a las 18,00h, media hora antes que el Dinamo, se estrenó en casa el vigente campeón. Lo hacía ante el Obolon de Kiev, y las connotaciones del partido lo hacían ciertamente interesante. El Obolon les había ganado los dos duelos la temporada pasada (1-0 y 0-1) y ello añadía valor al partido, con un deseo de resarcirse que no ocultaron desde Donetsk. Y lo hicieron llenos de contundencia con un 4-0. Muy apropiado para abrir la cuenta resultó el ariete Seleznev, fichaje procedente del Dnipro con el que fue máximo goleador del campeonato. Lo hizo libre de marca tras una jugada lanzada por Srna hacia Fernandinho, quien se incorporó por banda para centrar con precisión. Quedaría para la segunda parte el resto de tantos. Con un banquillo de máxima productividad, los tres sustitutos fueron los goleadores restantes. Primero anotaría Dentinho, el debutante de la tarde. Asignado mejor jugador del partido del Shakhtar, el ex del Corinthians recibió por la izquierda y ajustó suave su disparo. Luego Mkhitaryan y Luiz Adriano redondearían el estreno.

Por otro lado y treinta minutos mediante jugaban Dinamo de Kiev y Metalist. No era poca cosa, con el segundo y tercer clasificado del curso pasado. Con la baja de un Haruna que ya debutó en la Supercopa el equipo incorporó a Shevchenko en ataque. Y el comienzo fue sobresaltado. Los centrales del Dinamo dudaron ante un balón frontal y ello acabó con un despeje desacertado de Yussuf al lateral. Ahí recogió Cleiton Xavier, el 10 visitante, y centró al área. Un remate defectuoso le hizo llegar de nuevo el balón y, a la espalda de Danilo, abrió el marcador. Se vio entonces a un Dinamo decidido ante el contratiempo. Ofensivo e insistente, acumuló llegadas y ocasiones, incluyendo en su repertorio lanzamientos de media distantancia. Lo probó Shevchenko con un lanzamiento colocado y suave que rozó el palo. Y lo tendría cuando Gusev se coló hacia dentro, chutó y al guardameta visitante se le escapó el balón. Entonces Shevchenko acudió al balón para remacharlo sobre la línea. La igualada temprana y la inercia del juego hacían preveer la victoria local. No llegó por la puntería. Pocas noticias habían del Metalist, quien se agrupaba bastante en torno a su área dejándose sólo ver a Cleiton Xavier en acciones aisladas. Gusev, Milevskiy... El gol se resistía y el portero Disljenkovic intervenía una y otra vez para enmendar su anterior error. Su acción estelar, en la segunda parte, fue atrapar un cabezazo de Gusev con una espléndida estirada. Shevchenko disparó raso y cruzado topándose con el poste, y Eremenko probaba un par de veces el tiro desde fuera. El segundo intento, en el descuento, estampándose el balón en la escuadra.

El Dinamo fue mejor, mereció más pero empató. No fue su día, y la clarividencia en el gol quedó reservada para el Shakhtar, primeros líderes gracias a su goleada. El balón ya rueda y la pugna ucrania ya está abierta.

sábado, 2 de julio de 2011

Una Argentina perdida

Se esperaba con mucha curiosidad el estreno de Argentina en la pasada madrugada (horario español). No sólo por tratarse de la anfitriona, que de por sí ya lleva una exigencia extra, sino por tratarse de quien es, un referente futbolístico mundial ahora en proceso de reencuentro. Acabada la inconsistente etapa con Diego Armando Maradona, Argentina abrió un nuevo ciclo con el Checho Batista. La ilusión ante el cambio suele ser automática, y si viene a ocupar el banquillo el último técnico con triunfo nacional (Oro olímpico en 2008) las esperanzas surgen. Así se presentaba Argentina, buscando su grandeza y pareciendo encontrarla en el sensacional partido contra España (4-1), o las victorias ante Brasil y Portugal. Pero en el estreno de ayer reaparecieron una escasez de recursos que se pensaban olvidados.

El partido marcó desde el inicio, sin opción de duda, el papel de ambos equipos. Era Argentina la que quería la pelota y llevar la iniciativa, mientras Bolivia aplicaba el orden táctico deseado por su técnico Gustavo Quinteros. El juego de la albiceleste resultaba demasiado previsible. Se vieron varios problemas: poco juego asociativo, lentitud en la circulación y unos jugadores estáticos que no favorecían el dinamismo y la sorpresa. Con ello, Bolivia se defendía con perfecto resultado gracias al trabajo colectivo y las ayudas constantes. Ni la debilidad de Gutiérrez en el lateral zurdo ni los numerosos saques de esquina solucionaron el atasco argentino. De esa monotonía quiso salirse Messi, con una evidente motivación. Era el único que aceleraba el juego, atacando o dirigiendo, buscando el desborde sin renunciar a la asistencia. No resultó suficiente, y con una Bolivia segura de su plantemiento tocó el tiempo de descanso.

Las opciones para reflotar a Argentina parecía que pasaban por la entrada de Pastore, para poder enriquecer el juego asociativo y ganar los compañeros un socio. El cambio fue sin embargo la entrada de Di María por Cambiasso. Debatible cambio, porque si el partido se desarrollaba desde la posesión local, ¿por qué renunciar a Cambiasso y no a Mascherano? Con el movimiento hecho, eliminabas toque y sumabas talento individual. Más que retocar el plan expuesto, se sustituía. Y tras la bomba del gol boliviano al reinicio, Batista insistió con el mensaje. Se marchó Lavezzi y entró el Kun. Suma de atacantes como solución, resignarse al juego y empujar hasta el gol. Kun, eléctrico firmó un extraordianrio gol para salvar al menos el empate, un violento voleón sin opción de respuesta de Arias.

Queda una Argentina en la que tocaría reflexionar más allá del decepcionante resultado. Su comportamiento y las medidas de Batista desconciertan. Reunión de atacantes, soluciones individuales, un mediocampo despoblado y un Messi obligado a retrasarse demasiado y multiplicarse en tareas hasta el punto de que su figura se reduce. Una parálisis en Argentina, como anclada en su pasado más reciente. Con esas características, lo malo ya no es que Argentina se parezca poco al Barça, como desea el seleccionador, sino que recuerda demasiado al equipo de Maradona. Un año después, Argentina recae en sus defectos.