jueves, 18 de agosto de 2016

Los laterales mutan

En el fútbol moderno, parece que los especialistas empiezan a escasear. La multitarea, dentro y fuera del fútbol, cada vez se impone más. Los delanteros deben marcar, pero también generar juego. Los porteros parar, pero que sepan jugar con los pies... Los laterales no son una excepción. No solo deben ser buenos en su tarea defensiva, resultando competentes en el uno contra uno o, siempre atentos, evitando ser sorprendidos y superados a su espalda. También deben ser un recurso ofensivo más, lo que implica criterio para doblar en ataque y toque para centrar con precisión.

Sin embargo, llega un momento en el que los laterales no se multiplican, sino que mutan. Eso incide en el colectivo. Una muestra de ello la vimos en menos de 24 horas. El viernes debutó el PSG en la Ligue 1 y el sábado hizo lo propio el Manchester City en la Premier League. Ambos equipos dejaron detalles tácticos interesantes, con incidencia. Precisamente, este hecho lo protagonizan dos técnicos acostumbrados a redefinir y expandir el papel del lateral.

El PSG de Emery: los laterales como extremos
La relación de Emery con el puesto de lateral no es nueva. En el Valencia tuvo el olfato para convertir a Jordi Alba en un lateral zurdo con recorrido, protagonizando junto con Mathieu la banda izquierda valencianista. Y en el Sevilla redescubrió un nuevo Aleix Vidal, lo que le ha valido al jugador para ser actual integrante del Barcelona como lateral derecho. Más recientemente, también en el Sevilla, vimos a unos laterales muy profundos y la doble lateralidad (Mariano-Coke) ya vista en Valencia.

Esa sensibilidad especial para los laterales, para descubrirlos, doblarlos y, en definitiva, explotarlos de modo productivo, tiene un nuevo capítulo en París. La declaración de intenciones llegó pronto. Los protagonistas en el segundo amistoso de la pretemporada fueron Aurier y Kurzawa, autores de los goles en el 1-3 ante el Inter de Milán. Y en el primer título en juego, la Supercopa francesa, Kurzawa se hizo muy presente en el juego de su equipo, logrando además una asistencia y un gol.

El inicio liguero fue otra muestra más. Ante el Bastia, los laterales se convertían en auténticos extremos. Así, Lucas Moura y Di María jugaban en posiciones interiores (primera imagen). Con la calidad para filtrar pases del argentino, tenerle en la mediapunta siempre es un peligro efectivo al más mínimo desmarque. Y precisamente así llegó el gol, con uno de sus grandes pases. La acción es clarificadora (segunda imagen). Aurier y Kurzawa están cerca del área, la atacan. De hecho, será Kurzawa, acompañando la acción posterior de Jesé, el que acabe marcando el gol de la victoria. Solo la vocación y función dada a los laterales le permitió estar ahí. El primer gol liguero era pura consecuencia. 
















El Manchester City de Guardiola: los laterales como interiores
Si en el caso del PSG veíamos cómo los extremos se metían al interior y las bandas quedaban para unos laterales muy ofensivos, en el Manchester City de Guardiola son los laterales los que refuerzan el juego interior. Ante el Sunderland, Clichy y Sagna se metían por dentro en fase ofensiva, con Fernandinho en el eje. Los laterales encontraban a Silva y a De Bruyne, o estos encontraban a los laterales, para tratar de generar líneas de pase. El 4-1-4-1 teórico se transformaba, pues, rápidamente.

La relación de Pep con los laterales también tiene precedentes bien conocidos. Ya se vio en el Barcelona con Dani Alves, favorecido por sus aptitudes propias para ser un centrocampista más. Ya en el Bayern, el primer movimiento llegó con Lahm, convertido en mediocentro ante la curiosa mirada de todos. Posteriormente, la polivalencia de Alaba también le llevó a ocupar situaciones interiores. Ese mismo mecanismo se ha visto en el Manchester City tanto en su estreno liguero como en el partido de Champions ante el Steaua de Bucarest. Y con dos parejas de laterales distintas (Clichy-Sagna y Kolarov-Zabaleta).

Esa plasticidad táctica se desarrolla con claridad, y deja ver la mano de Guardiola en el equipo desde el primer momento. Los laterales se vuelven interiores, el mediocentro (Fernandinho hasta ahora) respalda a los centrales y los extremos (Douglas Costa y Coman en el Bayern) aportan amplitud y desborde.