tag:blogger.com,1999:blog-4201950317078647262024-03-14T05:07:10.600+01:00Las Redes de HighburyDavid Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.comBlogger122125tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-80260159088798962952018-11-05T13:24:00.000+01:002018-11-05T14:28:50.733+01:00El tridente del Eintracht y otros apuntes<div style="text-align: justify;">
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<b>Nace un tridente en el Eintracht.</b> Aunque son los tres máximos goleadores del equipo de Frankfurt, Jovic (7), Haller (7) y Rebic (4) aún no habían coincidido en un once. Lo hicieron ante el Stuttgart, en un 3-4-1-2 en el que Rebic era el enganche por detrás de Haller y Jovic. Y funcionaron. Fue ante el colista, un Stuttgart muy vulnerable en defensa. En cualquier caso, los tres atacantes desbordaron a los tres centrales locales y es una conexión prometedora. Haller y Rebic marcaron y Jovic dio una asistencia. Al final el Eintracht ganó 0-3. Ya lleva cinco jornadas seguidas sin perder y durmió como tercero, solo por detrás de Dortmund y Bayern. Fue en la noche en la que nació un tridente.</div>
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<b>El PSG logra 12 victorias históricas.</b> El equipo de Tuchel logró una valiosa victoria ante el Lille por 2-0. No solo aleja a 11 puntos a su más próximo perseguidor, sino que logra un pleno sin precedentes: 12 victorias en las 12 primeras jornadas. Superó el récord de 11 triunfos que tenía el Tottenham 1960/61. Lo hizo con goles de Mbappé y Neymar, estiletes en un 3-5-2 con Verratti como pivote único. El técnico alemán también ha probado ya el 4-3-3 y el 4-2-3-1. Con este 3-5-2 llegó el “mejor partido de la temporada”, según un Tuchel que añadió: “Jugamos con ritmo y organización y por eso controlamos las contras del Lille, uno de los mejores equipos al contragolpe de Europa”. El entrenador rival, Galtier, apuntó una clave: “Solo teníamos dos segundos para respirar. Presionaban tras pérdida. Estábamos ahogados. No tuvimos oportunidades, fuimos dominados”. ¿Será el sistema ideal? ¿Qué pasaría con Cavani?</div>
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<b>Martial da aire a Mourinho.</b> Por primera vez esta temporada, el United de Mourinho lleva 4 jornadas seguidas sin perder. En todos los partidos hubo una constante: Martial. Ha hecho 5 goles en esos 4 partidos, una aportación fundamental por cantidad y calidad. Su doblete en Stamford Bridge supuso un punto y sus otros goles fueron necesarios en las victorias, todas por la mínima. Siempre llega un momento en el que Martial nos recuerda lo buen jugador que es y que sigue ahí para quien quiera aprovechar ese talento. Tiene la flecha hacia arriba y en Premier League ya apunta al derbi ante el Manchester City.</div>
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<b>La remontada del Barça en Vallecas.</b> El equipo azulgrana aseguró su liderato otra jornada más con una remontada ante el Rayo, una victoria a última hora cuando ya no se esperaba. Lo hizo con Piqué de ‘9’ y con centros. El problema para el Barça no debe ser ganar un partido a base de colgar balones, sino la situación previa que provocó esa medida a la desesperada. El equipo de Valverde ofreció sus dos caras esta temporada: la del Inter, en la primera media hora, y la de Leganés, en el resto del partido. En los primeros 30 minutos el Barça mostró un juego firme, con una posesión segura. Control por dentro y rupturas por fuera, sobre todo con Alba. Pero el Rayo apretó y el líder se volvió torpe y de encaje fácil. Ha recibido goles en los últimos 9 partidos de Liga. El ataque le alivia.</div>
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<b>El Arsenal de Emery gana más crédito.</b> Los finales de ciclo son complicados. Ahí anda el United después de Sir Alex Ferguson. La marcha de Wenger, no por necesaria, iba a ser fácil. Pero Unai Emery está haciendo funcionar al Arsenal. No solo lleva 14 partidos oficiales seguidos sin perder, sino que el último fue ante el Liverpool de Klopp. Debajo de los resultados hay un equipo ya distinguido por su mentalidad, su capacidad para afrontar situaciones adversas. El Arsenal, en esta racha, aplasta en las segundas partes. Ayuda un banquillo que varias veces ha cambiado partidos. Torreira ya tiene mando, Iwobi y Ramsey aportan sin la etiqueta de titulares y jugadores como Özil y Bellerín vuelven a ilusionar. Para el gol, Aubameyang (7) y Lacazette (5) llegan puntuales.</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-22329931578671318552018-08-20T20:42:00.000+02:002018-08-20T20:54:45.241+02:00Los problemas de Chelsea y Arsenal y las soluciones del City<div style="text-align: justify;">
El Chelsea-Arsenal atraía el interés de la jornada en la Premier. Son dos grandes en construcción. Cada uno, por motivos diferentes, vive una catarsis. En el Chelsea por el paso de Conte a Sarri (estilo, sistema y talante) y en el Arsenal por su independencia de Wenger tras 22 años. Y fue un partido muy entretenido entre dos equipos imperfectos, peligrosos en ataque y aún vulnerables en defensa. Cinco goles fue la consecuencia y el 3-2, el resultado a favor del Chelsea. Su nueva identidad está más definida que la de un Arsenal que, eso sí, mostró inteligencia y una buena mentalidad.</div>
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En ambos equipos vimos fortalezas y debilidades en varios aspectos del juego. Para empezar, el Chelsea encontró una y otra vez la espalda de la defensa del Arsenal, lo que penalizó con dureza poniéndose 2-0 a los 20 minutos. Ese no fue el único problema para Emery. Su Arsenal está tratando sacar la pelota en corto, pero se ha encontrado con dos expertos en la presión: Guardiola y Sarri. En Stamford Bridge el Chelsea recuperó el balón con rapidez sin que Emery pudiera encontrar salidas alternativas a falta de un Giroud o un Iborra.</div>
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Durante media hora, el Chelsea dominó con un ritmo alto de juego. Algunos de esos pases a la espalda fueron de Jorginho, un mediocentro defensivo por posición pero ofensivo por función. Es tan singular que con un pase rompe líneas y hasta deja a los compañeros mano a mano. Su llegada, además, ha liberado a Kanté, llamativamente insistente en la llegada desde segunda línea, redescubriéndose como goleador. En las últimas 3 temporadas hizo 3 goles en la Premier y en esta ya marcó en la primera jornada.</div>
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<i>Pase de Jorginho para que Barkley se quede solo ante el portero </i></div>
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<i>Llegada desde segunda línea de Kanté</i></div>
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Todo parece más claro en el Chelsea. Qué va a ser el Arsenal de Emery es un respuesta aún más difusa. A falta de identidad sí hubo mentalidad. Y lectura táctica. Eso rescató a un Arsenal superado. Castigó al Chelsea abriendo el campo. La jugada era la misma: balón a banda y pase atrás. Los de Sarri eran incapaces de cerrar por fuera y de taponar el pase posterior. La determinación en la presión alta era desorientación a la hora de defender en el área propia.</div>
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De los problemas de Chelsea y Arsenal pasamos a las soluciones del Manchester City, cuyo proyecto está en una etapa evidentemente muy distinta. El equipo de Guardiola ejerce un impresionante dominio de recursos para desatascar un partido. Ante el Huddersfield, el reto era abrir a un rival muy hundido. Tan bajo defendía que los tres centrales del City jugaban, sin presión, en campo contrario. Se acumulaban los pases, pero el gol no iba a llegar de una elaboración sofisticada. Por una vez, el Huddersfield tiró una contra. Disparó fuera y quiso presionar, hombre a hombre, el saque de puerta. El excepcional golpeo de Ederson habilitó a Agüero. Así se desbloqueó un partido que se encarriló al descanso (3-1) y con goleada final (6-1). </div>
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David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-20668881911476817252018-04-20T19:38:00.001+02:002018-04-22T13:02:36.270+02:00La huella de Wenger que Arsène no borró<div style="text-align: justify;">
Como si los postes tuvieran imanes o como si el campo estuviera inclinado hacia la portería contraria. Eso recuerdo de los primeros partidos que vi del Arsenal, esa fue la fascinación. Era algo especial. También ayudaba la cámara máster, la de la televisión. A tan poca altura estaba, tanto lo aproximaba todo, que parecía que te subías a un travelling para acompañar cada ataque. Como si fueras un copiloto privilegiado. Y como se atacaba mucho la emoción y la diversión era ferial. Eso era Highbury, al menos por la pantalla. Y eso era la obra de Arsene Wenger, que tras 22 años no seguirá en el banquillo ‘gunner’ la próxima temporada.<i><br /></i></div>
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Los finales son irremediables y este ya parecía improrrogable. El Arsenal sin Wenger. Wenger sin el Arsenal. Para muchos es terreno desconocido. Pero era el momento. La hora del ‘adiós y gracias por tanto’. En las últimas temporadas era inevitable que se cuestionara (y se negara) la vigencia del Arsenal de Wenger, pero será impertinente hacer lo propio sobre la obra de Wenger en el Arsenal. El paso del francés dio color al ‘Boring, boring Arsenal’. Por encima de un título más o un título menos, emocionó. Era un equipo dinámico y vertical, incluso impaciente para atacar. Un equipo, en fin, hambriento y lleno de líderes, tejido por el talento y la competitividad.</div>
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Cuando pensemos en esta era (ciclo se queda pequeño) podemos hacerlo distinguiendo tres partes. Una trilogía de más a menos. La primera duró toda una década, fue <b>el esplendor</b>. De 1996 a 2006. El Arsenal, que en su historia solo había conseguido un doblete (70/71), alcanzó dos (97/98 y 01/02) con Wenger. No logró un tercero en la Premier 03/04. Logró más: la inmortalidad con ‘Los Invencibles’. Una Liga invicto y una racha que llegó hasta los 49 partidos. Si este fue el cénit, la final de la Champions de 2006, la primera del club, fue el epílogo. Atrás quedaban muchas noches europeas de decepción, por entonces algo en el debe de Wenger. En el haber estaba cómo detectaba el potencial. La lista de jugadores que nunca jugaron tan bien como con el alsaciano es larga. París fue el carpetazo sin gloria de unos gloriosos años con unos jugadores excepcionales: Bergkamp, Pires, Ljungberg, Vieira o Henry. El ‘14’ era capaz de lo más insólito por su zancada, estética y técnica. Así llegaba el adiós a Highbury y la mudanza al Emirates.</div>
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Era la segunda parte. De 2006 a 2012. El momento de <b>la transición</b>. La inversión en el Emirates implicaba limitarse en el corto plazo para no penar en el medio y largo. Se perdió magia, la verdad. Al menos entonces. Ahora ya es distinto. Un estadio tan grande, tan cómodo. Suelo pensar que los estadios modernos son demasiado grandes y cómodos. Como algo que de Ikea que desembalas. Sí, será muy útil, pero sabe impersonal. En fin, era normal. Era algo nuevo. Eran los años difíciles. El Chelsea ya era poderoso con Abramovich, el City iba en camino y el United de Ferguson fue el United de Ferguson hasta el último día de Sir Alex en el banquillo. La persistencia entre los cuatro primeros para no perderse ninguna Champions League siempre sería, en toda esta era, un signo de salud. Las Ligas eran prohibitivas y las Copas, demasiado esquivas. Mandaba Fábregas, nuevo jefe de un equipo más vendedor que comprador. Otro síntoma. Cesc se iba una temporada. A la otra, Van Persie. También Song. La transición acabó cuando el Arsenal no tenía que intercambiar cromos. Podía reunirlos. Llegó Özil sin tener que vender a Cazorla, y Alexis sin tener que vender a ninguno.</div>
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Wenger decidió comandar un renacimiento que resultó ser <b>la decadencia</b>. No se fue antes de que se hiciera daño a sí mismo. Persistió. Incluso quiso renovarse en una Premier bajo la fiebre de los tres centrales del Chelsea de Conte. No cuajó. Sus tres Copas inglesas (13/14, 14/15 y 16/17) en cuatro temporadas elevaban la nota media de un equipo que ya no era de los primeros de la clase. De aquel perfume ya quedaba poco, solo un desodorante que, cada vez más, no era suficiente. Nunca le faltó talento al Arsenal, capaz de exhibirse en los momentos de inspiración. Esa inconsistencia le mataba competitivamente. Detrás de Alexis costaba distinguir ese carácter del esplendor. Finalmente, en 2017, el Arsenal dejó de clasificarse para la Liga de Campeones tras dos décadas de presencias ininterrumpidas. Y volverá a resignarse a esa ausencia esta temporada, la última de Wenger, si no gana la Europa League. Ahí tiene la despedida. El título europeo que no logró ni en sus mejores días.</div>
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Se va Wenger. El entrenador con más partidos en la Premier League. El que redimensionó al Arsenal. El que creó a ‘Los Invencibles’. El que tiene más FA Cups (7) que ningún otro técnico. El que llenó de emoción cada ataque de Highbury. Sí, la huella de Wenger ha sido tan importante para el Arsenal que ni el mismo Wenger la podrá borrar. <i>Merci, Arsène.</i></div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-7134907188606551072018-02-23T19:13:00.000+01:002018-02-23T19:18:49.161+01:00La posesión, Conte e Iniesta<div style="text-align: justify;">
Solo un día antes del Chelsea-Barcelona, el Manchester City de Guardiola había sido eliminado de la FA Cup con el 83% de la posesión. Ya en Stamford Bridge, el equipo de Conte rozó el triunfo, y quizá algo más, con el 32%. Como en tantas cosas, los hay que solo saben definir la realidad desde los extremos. Unos pontifican la posesión como si fuera expiadora de pecados y otros la ridiculizan como si fuera capricho de ricos. No es mejor tener mucho la pelota ni tenerla poco. Se trata de tenerla bien, de tenerla de modo coherente a tus características. Y de saber qué hacer cuando no se tiene.</div>
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De eso supo mucho el Chelsea, que dominó el partido sin dominar la pelota. Todo porque hizo que sucediera lo que había planeado. No necesitó jugar con los tres mediocampistas pronosticados. Con solo dos, y uno de ellos Fàbregas, supo ordenarse y cerrarse muy bien. Y sin perder salida con tres flechas como Hazard, falso ‘9’, Pedro y William. Si el italiano y su mano fueron el escudo, el brasileño y su diestra fueron la espada. </div>
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El escenario para el Barça era de todo menos cómodo. Tenía que atacar sin olvidarse de defender. Por eso sus posesiones fueron tan largas, para desgastar a su rival pero también para no sufrir pérdidas comprometedoras. Como el Barça evitaba los riesgos en su circulación, en la que solo Messi descubría rendijas, el Chelsea elevó la línea de presión para provocar precisamente la toma de mayores riesgos. Todo estaba perfectamente medido por Conte. El 1-0 era el premio. Nada escapaba de la influencia del Chelsea. Tampoco lo iba a hacer el empate, un mal pase de Christensen en salida.</div>
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Concedido el error, queda, como siempre, saber aprovecharlo. Y el Barça lo hizo. En la portería del ‘iniestazo’, Andrés firmó otro. Importante pero no tan definitivo y, sobre todo, un ‘iniestazo’ más genuino. El que le define. Por su manejo de los tiempos, por su lucidez, por esa calma que desata tempestades. El pase lógico era a Suárez, pero con Messi el pase lógico es a Leo. Lo supo Neymar la temporada pasada y lo sabe Alba. Y Messi siempre ayuda estando en ese escalón más retrasado, con ese paso atrás que es un paso adelante hacia el gol. Un gol que lo cambia todo, que lleva al Barça de la impotencia a la liberación y que le devuelve la iniciativa de la eliminatoria.</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-84421973918140049372018-02-14T16:54:00.000+01:002018-02-14T16:54:22.590+01:00El Tottenham triunfa en su empate en Turín<div style="text-align: justify;">
Un partido que apuntaba al drama puede ser consagrador para el Tottenham. Y es que huyó de la fatalidad para rehacerse a la vez que debilitaba a la Juventus. La hizo vulnerable en Turín. Al equipo que no había encajado gol en 2018 y que solo había concedido uno en los 16 partidos oficiales anteriores. Al equipo que se había puesto con un 2-0 jugoso a los 8’. Al dos veces finalista de la Champions en las últimas tres temporadas. Contra todo eso, cualquier tropezón te vuelca al abismo. Y el Tottenham tropezó. Hasta dos veces. A balón parado y de penalti. Higuaín lo castigó por partida doble y la Juventus decidió cerrarse. Seguramente lo hizo demasiado y demasiado pronto. Pero las concesiones hay que saber aprovecharlas y los de Pochettino lo hicieron. </div>
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Del control del balón pasaron al control del juego. Descubrieron grietas en el bloque de Allegri y Buffon tuvo que socorrer a su equipo con dos paradas fabulosas a Kane. Pero a la tercera el delantero inglés no falló. Rompió a la espalda de la defensa, recortó al portero y marcó. Suyo era el primer gol a la Juve en 2018. Otra medalla para un delantero formidable, más que un goleador pero un extraordinario goleador, que tiene otras insignias recientes que relucen: máximo goleador histórico de la Premier en año natural (37), máximo goleador mundial en 2017 (56) y 100 goles en Premier. Y ya lleva 7 tantos en 6 partidos en esta Champions. </div>
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Cuando el Tottenham jugaba para nivelar el partido la Juve pudo haberlo desnivelado en pies de Higuaín: primero en una contra y luego en otro penalti que se fue al larguero. Al delantero argentino se le mide más por sus fallos que por sus aciertos. Desaprovechó la oportunidad de sentenciar, sí, pero esa opción existía porque él mismo había encarrilado el partido con dos goles en dos disparos. La segunda parte confirmó el golpe de autoridad del Tottenham cuando Eriksen, lujoso como Dembelé, aprovechó un libre directo al que no se opuso adecuadamente Buffon. Ahí quedó este 2-2. Un empate que sabe a triunfo. Porque lo es. El Tottenham de Pochettino, un grupo pujante y talentoso, demostró también una personalidad propia de los que están preparados para campeonar. Para un equipo que en este ciclo aún busca su primer título y una aventura europea con la que presumir, lo de Turín puede ser un hito si Wembley lo ratifica.</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-80081833528050487782017-12-02T13:02:00.002+01:002017-12-02T16:22:44.595+01:00Equipo campeón, equipo vigente<div style="text-align: justify;">
La Italia futbolística mostró las dos muecas en pocas horas. Se entristeció por el sorteo de un Mundial que no protagonizará y más tarde sonrió por el mejor partido de su revitalizada Serie A. Nápoles y Juventus se enfrentaban en una temporada que, más que nunca, parece la de la rebelión. El líder e invicto ante el actual campeón y tercer clasificado. Y la Juventus demostró que no solo es el campeón vigente, sino que aún no se ha desgastado como equipo dominante. Con un gol de Higuaín (0-1), acabó con la imbatibilidad del Nápoles. Pero no marcó su territorio solo por el resutado. En un partido de máxima exigencia y de sensibles consecuencias, donde una derrota alejaba el liderato a 7 puntos y acentuaba el cambio de guardia, la Juventus sacó su lado más sólido y fiable. Llevó al bloqueo y a la impotencia al conjunto de Sarri.</div>
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<b>NÁPOLES </b>(4-3-3): Reina; Hysaj, Albiol, Koulibaly, Mario Rui; Allan, Jorginho, Hamsik; Callejón, Mertens e Insigne.<br />
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<b>JUVENTUS </b>(4-4-1-1): Buffon; De Sciglio, Benatia, Chiellini, Asamoah; Douglas Costa, Khedira, Pjanic, Matuidi; Dybala; Higuaín.</blockquote>
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El Nápoles no tardó en mostrar su estilo ofensivo y ágil, cargado de una buena presión. La Juventus respondió rápido e Higuaín, tras pase de Douglas Costa, se quedó solo ante un Reina que achicó bien. Las intenciones parecían similares. Ambos equipos apretaban, tocaban sin prisa y miraban hacia arriba. Eso sí, la Juventus empezaba a replegar y el Nápoles, a elevar su posesión. Entonces llegó el 0-1, en una contra largamente conducida por Dybala, que asistió a Higuaín. El delantero ahora sí fue certero. Se asentó el plan de juego de Allegri, con un bloque compacto por detrás del balón y preparado para el contragolpe. Ahí entraba la velocidad y verticalidad de Douglas Costa o el toque limpio de Dybala en las transiciones.</div>
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La Juventus se fue haciendo cada vez más fuerte en el repligue. Los de Sarri intentaban generar espacios moviendo la pelota, pero no encontraban resquicios en el último tercio de campo. Había elaboración sin finalización. Sin la mayor precisión posible, la mejor opción para crear ocasiones parecía pasar por la presión alta. Ejecutar rápido tras robo. Pero apenas Insigne, con un buen disparo que exigió a Buffon, logró inquietar.<br />
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<blockquote class="tr_bq">
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<b>NÁPOLES </b>(4-3-3): Reina; <b>Maggio</b>, Albiol, Koulibaly, Hysaj; <b>Zielinski</b>, Jorginho, Hamsik; <b>Ounas</b>, Mertes y Callejón.</div>
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<b>JUVENTUS </b>(5-3-1-1): Buffon; <b>Cuadrado</b>, <b>Barzagli</b>, Benatia, Chiellini, Asamoah; Pjanic, <b>Marchisio</b>, Matuidi; Dybala, Higuaín.</div>
</blockquote>
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La segunda parte mantuvo el plantemiento de cada equipo. La Juventus no se descuidaba y en algún momento se abría más se reordenaba con rapidez. El Nápoles merodeaba, pero sin remate. En los de Allegri, eso sí, se echaba en falta mejor gestión del balón, no perderlo tan rápido. Sin embargo, en una jugada en la que sí superó la primera línea de presión y pudo desplegarse combinando, rozó el 0-2. Intervino Dybala, centró Pjanic y Matuidi, a bocajarro en el segundo palo, se topó con los mejores reflejos de Reina. Zielinski entró por Allan para aumentar los recursos creativos y pronto se notó. El medio calcó dos pases a la espalda de De Sciglio para Insigne. El primero acabó con un peligroso tiro cruzado y el segundo en fuera de juego.<br />
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El napolitano se tuvo que ir lesionado, pero Sarri quiso explotar esa senda. Movió a Callejón, artista rompiendo a la espalda, a la izquierda. Pero Allegri tampoco se quedó quieto. Quitó a De Sciglio para meter a Barzagli y retrasó a Cuadrado, otro de los sustitutos en la segunda parte. La única grieta se cerró. La Juventus, con unos centrales que sacaron todo, hizo que en el Nápoles todo fuera forzado. El campeón vigente quiso demostrar que, este año también, su dominio tiene vigencia.<br />
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<b>ALLEGRI</b>: "Era necesaria una actuación propia de la Juventus. No hemos concedido nada. Aún tenemos que crecer en algunas fases, como en los contragolpes, pero mejorando físicamente aumentará el nivel técnico. Los grandes duelos los ganan las defensas, como ha pasado esta noche. Fue un gran partido de Douglas Costa en ambas fases". <span style="font-size: xx-small;"><i>JUVENTUS.COM</i></span><br />
<br />
<b>BENATIA</b>: "Tenemos que trabajar siempre así, sobre todo en la actitud, que es lo que a veces nos ha faltado. No podemos permitirnos encajar uno o dos goles por partido. La fase defensiva es importante para el campeonato italiano y para nuestra temporada". <span style="font-size: xx-small;"><i>JUVENTUS.COM</i></span></blockquote>
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David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-66352481492541875262017-10-06T14:12:00.001+02:002017-10-06T14:14:37.514+02:00Argentina, la barrera de Messi<div style="text-align: justify;">
Con Bauza o con Sampaoli. En el Monumental de River Plate o en La Bombonera de Boca Juniors. Con Dybala o el 'Papu' Gómez. Con Higuaín o con Benedetto. Da igual. Argentina, desde hace mucho, es un eficaz cirujano que lobotomiza a todos, que diluye identidades. Una despersonalización de la que escapa Messi, el único reconocible. Es la otra constante, la fuerza que se opone para prevalecer. Pero ni eso basta. Argentina no pasó del 0-0 ante Perú y el Mundial de 2018 sigue en el aire. Cierra la fase de clasificación en Ecuador y depende de sí misma para no caer eliminada.</div>
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Argentina, con defensa de cuatro, dominó territorialmente desde el inicio. Perú, equipo corto en un 4-5-1, quedaba encajonada pero con una gran disciplina que, a falta de contragolpes, le hacía resistir atrás. El resultado era una primera parte con pocas ocasiones. La más clara fue de Farfán, en un remate en el área pequeña que rozó el palo. Hasta entonces, Messi no agarraba el partido. Sin someter, no dejó de asustar con su zurda. Lo hizo en una jugada ensayada, en un disparo en una acción individual y en un medido centro que Benedetto cabeceó cerca del larguero.</div>
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La segunda parte terminó por definir a los protagonistas. Gallese se convirtió en figura por culpa de Messi. Levantó la voz y dijo iba a meter a Argentina en el Mundial. Gobernó la segunda parte, cuando el 0-0 apretaba y el reloj ahogaba. Asistió, remató (al palo) y generó el poco juego local. Una Argentina que no toca para elaborar, sino para hacer tiempo. Espera hasta dársela a Messi y que él sea el que elabore e invente. El que pase y remate. Argentina, en esa cáscara que es desde hace una década, incluso pudo perder cuando Romero sacó un libre directo de Guerrero en el 94'. Antes la tuvo Messi, chocando contra la barrera peruana. Solo fue la última barrera con la que se viene chocando.</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-57597855982434100842017-07-30T13:39:00.000+02:002017-07-30T22:01:49.861+02:00Alves siempre está<div style="text-align: justify;">
En la Supercopa francesa flotaban dos nombres. El de Mbappé, que puede salir del Mónaco, y el de Neymar, al que espera el PSG. Al final, entre ambas interrogantes, fue el partido de alguien que es una certeza. Dani Alves, un competidor incansable, cambia de colores y parece que todo sigue igual. Nuevo en París, pero familiar para el fútbol. Para el Mónaco, a estas horas, más familiar que nunca. Alves, en una extraordinaria eliminatoria, descarriló a los monegascos de la Champions y en Tánger volvió a ser esa misma piedra. Gol, asistencia y remontada (1-2). Desde ese mismo extremo derecho que conoció con Allegri y por el también decidió apostar Emery.</div>
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El Mónaco empezó agresivo. Hasta el punto de que a los treinta segundos Lemar ya había disparado y al minuto los de Jardim botaron el primer córner. Ambas llegadas fueron fruto de una gran presión alta. El PSG se fue quitando el sofoco, con una posesión creciente y ante todo estabilizadora. Originó ocasiones, como un disparo centrado de Alves (le cayó a la izquierda) o un remate de Cavani interceptado por Jemerson. Los de Emery habían puesto el partido a temperatura ambiente. Ya sin los sudores iniciales se veía asentado. Por ahí se deslizaba Pastore, falso extremo en el asimétrico 4-3-3 parisino. Tampoco faltaba el arquitecto Verratti, mientras que Meunier iba sumando incorporaciones.</div>
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Pero el Mónaco se adelantó justo entonces, a la media hora. Fabinho robó por anticipación en el medio, y tras un par de pases llegó el asalto: apoyo de Falcao y pase profundo de Tielemans para Sidibé, que se apropió de la posición y del encanto de Bernardo Silva y picó ante Areola. Una transición brillante, con un perfecto sentido del espacio y la ruptura. No era el primer aviso monegasco, que previamente pudo tener más acierto si Falcao y Mbappé hubieran tenido papeles cambiados. El Mónaco, en este punto, lo volvía a hacer. Rompió la calma del PSG, deshizo su control y le ganó la posición. Como lo había hecho en el fútbol francés.</div>
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La segunda parte no parecía mejor encaminada para los de Emery. Otra transición rápida del Mónaco, un buen centro de Sidibé y remate alto de Falcao. Estaba cómodo el campeón de Liga en su repliegue. Al PSG la faltaba agilidad para construir. Fue cuando el partido entró en otra frecuencia. La sintonizó Dani Alves y ahí iba a sonar su propia voz. Arremolinó al Mónaco a partir de su espléndido gol de falta. El brasileño condicionó el partido hasta determinarlo. Poco después, puso un centro y encontró una triunfal entrada desde segunda línea de Rabiot. 1-2. Todo parecía más fluido en el PSG. No es lo mismo defender que contener, y el Mónaco defendía sin poder contener a Alves ni a sus efectos. Con todo pudo llegar el empate, con dos testarazos de Carrillo y Falcao, ya sin Mbappé a pesar de la necesidad. Pero Alves acabó ganando, como MVP, el primer título que disputaba con el PSG. Siempre compitiendo.</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-32621142645592896172017-04-12T19:31:00.000+02:002017-04-12T19:34:34.476+02:00Allegri y Dybala hacen lo que quieren<div style="text-align: justify;">
Teníamos el aviso. Sabíamos cómo se estaban comportando Juventus y Barcelona. Los italianos, fiables, son impecables en casa y los catalanes, más inestables que nunca con Luis Enrique, ya han resbalado en grandes escenarios. Ambas cosas se evidenciaron y los de Allegri escribieron el discurso del partido. Lo hicieron desde lo posicional hasta lo estructural, desde la altura del bloque hasta el sistema de juego. Este carácter racional y calculador, alejado del más emotivo del PSG, hace que el 3-0 sea un listón difícil de saltar por el Barcelona en el Camp Nou.</div>
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<a name='more'></a><b>1. Presión alta de salida.</b> La Juventus salió con determinación y con una agresiva presión alta que hizo sufrir mucho al Barcelona. El 3-4-3 del Barça parecía haber dado soluciones en situaciones así, facilitando la salida del balón. Sin embargo, este esquema no supo saltar esa presión. Es evidente la limitación procedente del mediocentro, con Mascherano y sin Busquets. A los cinco minutos ya vimos a Luis Enrique obligado a dar instrucciones a una zaga que jugaba en largo más por falta de otras opciones que por elección. Con el 1-0, la presión alta local se empezó a alternar con el repliegue.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-ZfWTpLZI_5U/WO5ZAPKpFYI/AAAAAAAAAp0/PXpTyehGO5QttokpV6QUJ3hj_ns2Mgg9gCLcB/s1600/JUV-FCB%2BPRESI%25C3%2593N.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="180" src="https://1.bp.blogspot.com/-ZfWTpLZI_5U/WO5ZAPKpFYI/AAAAAAAAAp0/PXpTyehGO5QttokpV6QUJ3hj_ns2Mgg9gCLcB/s320/JUV-FCB%2BPRESI%25C3%2593N.png" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Presión alta</i></span></span></td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
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<br /></div>
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<b>2. Dybala y 2-0.</b> Protagonista irremediable por sus dos goles. Ya antes de su primer tanto, estaba dejando su impronta en el juego ayudando en la iniciación o asociándose por la derecha con Cuadrado. El argentino se desliza por el campo, genera y es difícil de atar. El Barça no supo hacerlo (Luis Enrique habló de un "posicionamiento nefasto" en el primer tiempo) y Dybala anotó en dos jugadas en las que tuvo el espacio alrededor preciso para mosrar su zurda, tan suave como punzante. Durante toda la jugada del 0-1 el argentino andó suelto, una concesión repetida en el 2-0.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://4.bp.blogspot.com/-xn6d0Up5L9I/WO5ZuZOuOlI/AAAAAAAAAp8/CM_OwfziAToRwQD1GQQtcMHDbU3pP1rygCLcB/s1600/JUV-FCB%2BDYBALA.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="180" src="https://4.bp.blogspot.com/-xn6d0Up5L9I/WO5ZuZOuOlI/AAAAAAAAAp8/CM_OwfziAToRwQD1GQQtcMHDbU3pP1rygCLcB/s320/JUV-FCB%2BDYBALA.png" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Dybala, libre, segundos antes del 1-0</i></span></span></td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
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<br /></div>
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<b>3. Repliegue.</b> Así gestionó la Juventus su ventaja, en un contexto que demostró dominar con soltura. De hecho, al final del partido solo tuvo el 34% de posesión. Un bloque sólido en el que solo Messi, en un pase para el recuerdo, encontró un poro para dejar a Iniesta mano a mano con Buffon. La organización con ayudas de la Juventus, con dos líneas de cuatro impermeables, era tan consistente que parecía jugar con 15 jugadores. Solo Leo era capaz de equilibrar desde lo individual, al menos un poco, esa superioridad colectiva. El Barça tocaba, pero no era capaz de superar líneas mediante el pase. También el desequilibrio individual estaba limitado por las ayudas defensivas. Solo avanzaba lo que la Juventus le permitía. El gran papel de Alves y Alex Sandro, muy encima de Neymar y Messi, el sacrifico habitual de Mandzukic cuando se siente importante y la labor de Pjanic son notas concretas a destacar.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://2.bp.blogspot.com/-2CNFUNMFBZk/WO5aKFvCsfI/AAAAAAAAAqA/lUPEkjGfdjoWeKNmdsbdZH8p4FgJMQtjACLcB/s1600/JUV-FCB%2BREPLIEGUE.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="180" src="https://2.bp.blogspot.com/-2CNFUNMFBZk/WO5aKFvCsfI/AAAAAAAAAqA/lUPEkjGfdjoWeKNmdsbdZH8p4FgJMQtjACLcB/s320/JUV-FCB%2BREPLIEGUE.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Repliegue en 4-4-2</i></span></span></td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-IVST2-u0t9Q/WO5aiuWQtdI/AAAAAAAAAqE/oRIinaAkOb81-Yk2utjSRZq1u6Q6_6E9QCLcB/s1600/JUV-FCB%2BMESSI.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="180" src="https://1.bp.blogspot.com/-IVST2-u0t9Q/WO5aiuWQtdI/AAAAAAAAAqE/oRIinaAkOb81-Yk2utjSRZq1u6Q6_6E9QCLcB/s320/JUV-FCB%2BMESSI.png" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Solo Messi descubrió una grieta en el muro juventino</i></span></span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<b>4. Rincón y Barzagli.</b> Si Luis Enrique solo utilizó una sustitución (¿y Alba?), Allegri sí usó los tres cambios. Con los dos últimos echó dos pestillos más a una puerta ya bien cerrada. Así, el equipo pasó del 4-4-2 en fase defensiva (4-2-3-1 en ofensiva) al 4-5-1 para terminar con un 5-4-1. </div>
<blockquote class="tr_bq">
<i>Juventus en 5-4-1: Buffon; Alves, Barzagli, Bonucci, Chiellini, Alex Sandro; Lemina, Rincón, Khedira, Mandzukic; Higuaín.</i></blockquote>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://2.bp.blogspot.com/-3hJTNuu7xJI/WO5jEgCtnwI/AAAAAAAAAqU/v9EMhGX695c-w_agxRbct4zIvB-mCYiygCLcB/s1600/JUV-FCB%2B5-4-1.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="180" src="https://2.bp.blogspot.com/-3hJTNuu7xJI/WO5jEgCtnwI/AAAAAAAAAqU/v9EMhGX695c-w_agxRbct4zIvB-mCYiygCLcB/s320/JUV-FCB%2B5-4-1.png" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>La Juventus acabó en 5-4-1</i></span></span></td></tr>
</tbody></table>
<br />David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-23752618129353394932017-03-09T14:03:00.000+01:002017-04-05T23:32:14.502+02:00Resurrección en el Camp Nou<div style="text-align: justify;">
En el descanso la remontada estaba cerca. 2-0. Era el momento, uno de ellos, que había predicho con acierto Luis Enrique. Era imposible asegurar si el Barcelona iba a ser capaz de remontar lo que nadie había remontado nunca en Europa, un 4-0. Pero sí se podía afirmar que asomaba del mejor modo posible para intentarlo. En el Camp Nou no tenían que creer, creían. Creían tras el estimulante 5-0 al Celta. Ese partido fue la última fase de una rehabilitación que comenzó tras el Leganés. Un Barça que tenía que pasar un luto, que dijo Luis Enrique, y que fue superando el duelo, que diría Simeone. Sumó victorias mientras reconstituía cuerpo (3-4-3) y mente.<br />
<br />
<a name='more'></a>El Barça, decimos, creía en la remontada, pero el PSG creía aún más. Jugó con espíritu de avestruz. Pronto escondió la cabeza, pasando del 4-3-3 a un 4-5-1 hundido. Ya en el 1-0 dio síntomas de temor. Solo se llevaban tres minutos jugados cuando un balón que la zaga parisina no se atrevió a despejar lo cabeceó Suárez. El PSG intimidante de la ida no era capaz de lanzar ataques preventivos. Su figura temblorosa solo alcanzaba para aglomerar la parcela por delante de su frontal. Eso le dio para vigilar a Messi y achatar la posesión azulgrana. El Barça probó disparos de media distancia con Neymar e Iniesta. Se extrañó algún intento de Rakitic, hábil en esa suerte. Emery quería sacar a su equipo, pero no podía. Y llegó el 2-0 antes del decanso, en una acción de Iniesta que acabó por despejar hacia su portería Kurzawa. “En algún momento la remontada estará cerca”, volvían a resonar las palabras de Luis Enrique. Solo se llevaba la mitad del camino, pero era un camino cuesta abajo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Y más cuando la segunda parte empezó con un penalti sobre Neymar, que aprovechó un resbalón de Meunir. Para cualquier hazaña hacerlo bien no es suficiente. Se necesita la suerte, que se viste de desacierto ajeno. Eso había pasado con Kurzawa y con Meunier. Y eso pasó con el palo de Cavani aún con 3-0 o con un arbitraje polémico en las áreas. El uruguayo no iba a fallar tras una falta colgada. El gol narcotizó al barcelonismo, de la grada al césped. El equipo que no tenía nada que perder por primera vez sentía que sí perdía algo. Hacían falta tres tantos en media hora, pero sobre todo faltaba el cuarto. La inyección de adrenalina. Conforme no llegaba menos parecía que iba a llegar, y el propio Cavani tuvo el 3-2. Ter Stegen sacó un pie oportuno que acabó por ser imprescindible.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Emery quitó a Draxler y metió a Aurier. Cuando se juega con miedo es más fácil asustarse. Y algunos sustos son de muerte. Los dio Neymar, glorificado para siempre. Lanzó una falta magistral y asumió el penalti del 5-1. Si quedaba esperanza estaba en ese golpeo. Nunca se esconde ni se pone de perfil. Lleva mucho tiempo así, destacando por calidad y liderazgo, pero ahora se ha reencontrado con el gol. Un fenómeno que también puso el centro final para Sergi Roberto, con ter Stegen ya al remate, al quite y al toque. Otra vez Luis Enrique a escena: “El fútbol no es matemáticas, se pueden hacer tres goles en cinco minutos. Podemos meter seis”. El Barça ya es eterno. E inmortal. Los rivales ya no tienen que vencer a un gran equipo. Ahora deben pensar cómo matar a quien ha vuelto de entre los muertos.</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-39875678789216020782016-11-11T16:09:00.003+01:002016-11-11T16:50:01.206+01:00El miedo y los puntos<div style="text-align: justify;">
Argentina está a un solo punto de la clasificación directa y quedan 21 por disputar. Y sin embargo se respira pesimismo, miedo. El bloqueo que sufre la selección la descompone. La vemos disfuncional en lo colectivo y amilanada en lo individual. Ni Messi es reconocible. En Belo Horizonte era la esperanza y acabó disuelto en un grupo transparente. La costa queda cerca, pero cualquier orilla parece inalcanzable si no se sabe nadar. Y la albiceleste no sabe. Sus movimientos parecen aleatorios, tan instintivos como inadecuados. Bracea con agonía. Ante Brasil tragó agua. Tose y se angustia. No es novedad. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Argentina llegaba tras perder ante Paraguay en Córdoba (0-1) y replicó las mismas carencias: un equipo atascado y perdido sin capacidad de creación. Aquella noche
acabó el partido con un único medio, Mascherano, y 5 atacantes. Un
desequilibrio desesperado. La táctica manda mensajes que afectan al ánimo. Sin ideas, solo queda un empuje que acaba
siendo barullo y poco más. Tras aquella deforestación, Bauza reforzó el mediocampo ante Brasil.
Pero dio igual. El juego con Enzo o Biglia fue tan plano como lo fue con Banega. Es una señal terrible. Al equipo le falta ser un grupo cohesionado con una organización solvente. La Brasil de Tite, que va de victoria en victoria, sí lo es. El 2-0 al descanso se explicaba así. Unos habían explotado sus virtudes y otros habían penado sus carencias.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La segunda parte hizo más dolorosa la impotencia de Argentina. Llegó el 3-0 y suerte tuvo de que la cuenta se quedara ahí. El equipo ya estaba roto, hecho un guiñapo. Apenas Di María sí dio unas pinceladas. Mientras, Messi andaba perdido, cansado de no jugar. Tiene que liderar a Argentina pero en realidad la carga. Y ambas partes, grupo y líder, salen perjudicadas en una mezcla de desorientación y frustración. Se respira pesimismo, miedo. Y sin embargo Argentina está a un solo punto de la clasificación directa y quedan 21 por disputar.<br />
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: inherit;">"La derrota es durísima. No pensábamos terminar 3-0. Pensábamos en un partido parejo, peleado en la mitad de la cancha. En el primer tiempo tuvimos juego y llegamos tres veces, pero en el segundo nos costó muchísimo. El partido se quiebra para mí en el 2-0. Ahí tuve que arriesgar y Zabaleta quedó muy solo (entró Agüero por Enzo Pérez), a Brasil se le quedaron muchos espacios. Estamos con fuerza, sabemos que la clasificación depende de nosotros".</span> </blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: right;">
Edgardo Bauza en Rueda de Prensa </div>
</blockquote>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
"Tengo bronca por el resultado y por el partido. Hasta el 1-0 estábamos bien parados, no pasaba nada. Después de eso nos costó muchísimo y el segundo nos terminó de liquidar. Nos desordenamos, nos empezamos a desesperar. Le dejamos muchos espacios a Brasil cuando sabíamos que no lo teníamos que hacer. Cuando nos golpean nos cuesta reaccionar. Hay que pensar en Colombia siendo conscientes de que hay que cambiar muchísimo para que esta situación cambie. Para el martes hay que trabajar sobre todo la cabeza. Hay que pensar en positivo y en cambiar esta situación de mierda que estamos viviendo".</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: right;">
Leo Messi en Zona Mixta </div>
</blockquote>
</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-60056506796732375802016-08-18T20:27:00.001+02:002016-08-18T20:38:21.577+02:00Los laterales mutan<div style="text-align: justify;">
En el fútbol moderno, parece que los especialistas empiezan a escasear. La multitarea, dentro y fuera del fútbol, cada vez se impone más. Los delanteros deben marcar, pero también generar juego. Los porteros parar, pero que sepan jugar con los pies... Los laterales no son una excepción. No solo deben ser buenos en su tarea defensiva, resultando competentes en el uno contra uno o, siempre atentos, evitando ser sorprendidos y superados a su espalda. También deben ser un recurso ofensivo más, lo que implica criterio para doblar en ataque y toque para centrar con precisión.<br />
<br />
Sin embargo, llega un momento en el que los laterales no se multiplican, sino que mutan. Eso incide en el colectivo. Una muestra de ello la vimos en menos de 24 horas. El viernes debutó el PSG en la Ligue 1 y el sábado hizo lo propio el Manchester City en la Premier League. Ambos equipos dejaron detalles tácticos interesantes, con incidencia. Precisamente, este hecho lo protagonizan dos técnicos acostumbrados a redefinir y expandir el papel del lateral.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>El PSG de Emery: los laterales como extremos</b></div>
<div style="text-align: justify;">
La relación de Emery con el puesto de lateral no es nueva. En el Valencia tuvo el olfato para convertir a Jordi Alba en un lateral zurdo con recorrido, protagonizando junto con Mathieu la banda izquierda valencianista. Y en el Sevilla redescubrió un nuevo Aleix Vidal, lo que le ha valido al jugador para ser actual integrante del Barcelona como lateral derecho. Más recientemente, también en el Sevilla, vimos a unos laterales muy profundos y la doble lateralidad (Mariano-Coke) ya vista en Valencia.<br />
<br />
Esa sensibilidad especial para los laterales, para descubrirlos, doblarlos y, en definitiva, explotarlos de modo productivo, tiene un nuevo capítulo en París. La declaración de intenciones llegó pronto. Los protagonistas en el segundo amistoso de la pretemporada fueron Aurier y Kurzawa, autores de los goles en el 1-3 ante el Inter de Milán. Y en el primer título en juego, la Supercopa francesa, Kurzawa se hizo muy presente en el juego de su equipo, logrando además una asistencia y un gol.<br />
<br />
El inicio liguero fue otra muestra más. Ante el Bastia, los laterales se convertían en auténticos extremos. Así, Lucas Moura y Di María jugaban en posiciones interiores (primera imagen). Con la calidad para filtrar pases del argentino, tenerle en la mediapunta siempre es un peligro efectivo al más mínimo desmarque. Y precisamente así llegó el gol, con uno de sus grandes pases. La acción es clarificadora (segunda imagen). Aurier y Kurzawa están cerca del área, la atacan. De hecho, será Kurzawa, acompañando la acción posterior de Jesé, el que acabe marcando el gol de la victoria. Solo la vocación y función dada a los laterales le permitió estar ahí. El primer gol liguero era pura consecuencia. <br />
<br /></div>
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<a href="https://4.bp.blogspot.com/-dubbG-cstYQ/V7NLx-0oXxI/AAAAAAAAAno/FopDcFNWsdQnWMtax_ltw1i6YvWuquRhwCLcB/s1600/PSG%2B1.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="225" src="https://4.bp.blogspot.com/-dubbG-cstYQ/V7NLx-0oXxI/AAAAAAAAAno/FopDcFNWsdQnWMtax_ltw1i6YvWuquRhwCLcB/s400/PSG%2B1.png" width="400" /></a></div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-ug3O3pl9Ytk/V7NLyahr8MI/AAAAAAAAAns/SRKd8U9wT6My-TUjohHfL6ZtavhGKYm8gCLcB/s1600/PSG%2B2.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="225" src="https://1.bp.blogspot.com/-ug3O3pl9Ytk/V7NLyahr8MI/AAAAAAAAAns/SRKd8U9wT6My-TUjohHfL6ZtavhGKYm8gCLcB/s400/PSG%2B2.png" width="400" /></a></div>
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<b>El Manchester City de Guardiola: los laterales como interiores</b></div>
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Si en el caso del PSG veíamos cómo los extremos se metían al interior y las bandas quedaban para unos laterales muy ofensivos, en el Manchester City de Guardiola son los laterales los que refuerzan el juego interior. Ante el Sunderland, Clichy y Sagna se metían por dentro en fase ofensiva, con Fernandinho en el eje. Los laterales encontraban a Silva y a De Bruyne, o estos encontraban a los laterales, para tratar de generar líneas de pase. El 4-1-4-1 teórico se transformaba, pues, rápidamente.<br />
<br />
La relación de Pep con los laterales también tiene precedentes bien
conocidos. Ya se vio en el Barcelona con Dani Alves, favorecido por sus
aptitudes propias para ser un centrocampista más. Ya en el Bayern, el
primer movimiento llegó con Lahm, convertido en mediocentro ante la
curiosa mirada de todos. Posteriormente, la polivalencia de Alaba
también le llevó a ocupar situaciones interiores. Ese mismo mecanismo se
ha visto en el Manchester City tanto en su estreno liguero como en el
partido de Champions ante el Steaua de Bucarest. Y con dos parejas de
laterales distintas (Clichy-Sagna y Kolarov-Zabaleta).<br />
<br />
Esa plasticidad táctica se desarrolla con claridad, y deja ver la mano
de Guardiola en el equipo desde el primer momento. Los laterales se vuelven interiores, el mediocentro
(Fernandinho hasta ahora) respalda a los centrales y los extremos (Douglas Costa y Coman en el Bayern)
aportan amplitud y desborde. </div>
<br />
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-a3AJKSTNtNw/V7NKZmsrb-I/AAAAAAAAAnc/H5p7PoRLhAUkMUEEnyIR4H5Siw4eSwnLQCLcB/s1600/MNC%2B1.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="225" src="https://1.bp.blogspot.com/-a3AJKSTNtNw/V7NKZmsrb-I/AAAAAAAAAnc/H5p7PoRLhAUkMUEEnyIR4H5Siw4eSwnLQCLcB/s400/MNC%2B1.png" width="400" /></a></div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-6145pt4FBAQ/V7X5qn9luTI/AAAAAAAAAoA/mpZqW6fY5UIJR9vMmvtQexJGOIaNALK8ACLcB/s1600/MNC4.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="225" src="https://1.bp.blogspot.com/-6145pt4FBAQ/V7X5qn9luTI/AAAAAAAAAoA/mpZqW6fY5UIJR9vMmvtQexJGOIaNALK8ACLcB/s400/MNC4.png" width="400" /></a></div>
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<br />David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-15505443666880989682016-07-09T18:03:00.000+02:002016-07-10T11:29:22.334+02:00La Eurocopa es Portugal<div style="text-align: justify;">
Puede que gane el torneo. De momento, ya es finalista. Si aún no se le puede entregar el trofeo, sí podemos ponerle su rostro y hacerla corpórea. La Eurocopa es la Portugal de Fernando Santos. Las historias herocias de Islandia o Gales, así como la fiesta norirlandesa a ritmo de <i>Will Grigg's on Fire,</i> el juego de Alemania o la competitividad de Italia son adornos que embellecieron la Euro. Pero el torneo tiene otra identidad. Es el torneo de la mesura, en el que se mide cada paso y cada pase. No es un torneo sereno, es precavido. Sí, definitamente la Euro de 2016 es la Portugal de Santos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Aquella tarde frenética ante Hungría lo fue tanto que, con los ojos de hoy, significó un punto de inflexión para la selección lusa. Ese 3-3 con forma de ruleta rusa puso contra las cuerdas a Portugal, hasta el punto de clasificarse solo como una de las mejores terceras. Otro aspecto, ese, del que podrá hacer bandera Portugal: la clasificación novedosa de los terceros de grupo. El descontrol y vértigo en el que se sumió Portugal casi le cuesta muy caro. La Portugal más alocada dio paso a la más cautelosa, como si el otro extremo fuera la ruta para el equilibrio. La nueva selección no solo enterró la de Hungría, sino que por el camino despidió a la que había jugado bastante bien ante Islandia (el primer tiempo, fundamentalmente) y ante Austria. Decisión y dinamismo eran sus virtudes; la definición, su losa. La Portugal de la audacia dio paso a la de la conservación.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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El cambio de mentalidad provocó que el torneo luso se dividiera en dos distintos. Y el segundo empezó con el primer cruce, en octavos. El rival fue Croacia, y las primeras modificaciones llegaron en el once: Cédric se adueñó del puesto de Vieirinha (por esa banda esperaba un entonado Perisic), José Fonte era el nuevo acompañante de Pepe y Adrien Silva sería importante en su labor de tapón al vigilar constantemente a Modric. Los minutos fueron pasando marcados por la neutralización mutua. Solo al final, muy al final, al final de la prórroga, un equipo quiso ganar sin pasar por el incierto filtro de los penaltis. Croacia dio ese paso adelante que se transformó en ocasiones, entre otras un cabezazo de Vida con todo a favor. Y justo el equipo que se había permitido un mínimo grado de ambición, que quiso decidir su destino y no esperar a que el destino decidiera por él, fue el que cayó. El que preferió aguantar y esperar, venció en una contra.<br />
<br />
Un gol al filo del final de la prórroga solo podía superarse con una tanda, y así sucedió ante Polonia. El equipo seguía adelante y lo hacía sin ganar aún ningún partido en el tiempo reglamentario. Lo hacía con un papel secundario para Cristiano (excepción hecha del partido ante la selección húngara), ya que el mejor delantero era Nani, el jugador más exuberante era Pepe y el héroe, Quaresma. Ya en semifinales, se representó otro partido contenido, medido. Gales y Portugal se alternaban las posesiones y compartían un ritmo bajo. La nota más reluciente era galesa, donde Bale, sin Ramsey de escudero, llevó su liderazgo hasta zonas insospechadas. Pero entonces Portugal volvió a encontrar el acierto y dos goles: el primero a balón parado, con un formidable cabezazo, como acostumbra, de Cristiano, y el segundo con un disparo suyo convertido por la astucia de Nani en feliz asistencia. Ni Bale ya podía levantarlo.<br />
<br />
Esa Portugal más afortunada que virtuosa se plantaba finalmente en la final. Una Portugal que no era convincente, pero sí ganadora. Fernando Santos decidió que lo mejor eran los partidos de empate técnico en los que puedes vencer, desde luego, pero en los que también la derrota está en el cogote. Y cuando quien escribe esto trataba de entender cómo su equipo había llegado a las puertas del título europeo, cuando no encontraba los méritos para oportunidad tan generosa, me consolé comprendiendo la lógica y la coherencia del asunto. Precisamente en la Eurocopa de la precaución Portugal pasaba por ser la mejor. Y en la Eurocopa de la precaución, en su final, espera Francia, quedando por el camino una Alemania a contrasentido por iniciativa y manejo. Un equipo así no tenía sitio en París. Sí Portugal, que gane o pierda ya ha hecho suya la Eurocopa.</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-40956616976580454382016-06-27T21:18:00.001+02:002016-06-28T01:48:29.314+02:00Conte marca el paso<div style="text-align: justify;">
Italia ganó a España y se clasificó para cuartos de final de la Eurocopa porque entendió el partido. No lo jugó, lo entendió. Tomó la iniciativa desde el himno. Una sonoridad que en los últimos acordes rompió en grito de guerra en boca de De Rossi y Buffon. Y las lanzas volaron. Al primer minuto, los de Conte ya habían saltado al asalto con De Sciglio y Florenzi. Fue una Italia intrépida, y quizá el siguiente paso que le acercó a la victoria fuera ese: desconcertar al rival. La anticipación fundamentó gran parte del plan. Una propuesta que desnudó a España, para empezar, en su fase defensiva. La reestructuración hacia atrás no funcionaba y llegaban ataques en igualdad numérica. Una debilidad cuya raíz estaba más adelante. La presión adelantada que quiso hacer España resultó calamitosa. Solo servía para partir al equipo, para separar las líneas y habilitar espacios para que Italia lanzara sus transiciones. Unos iban y otros se quedaban, sin cohesión ni relevos. De Rossi acampó en el medio y se fue merendando el partido.</div>
<div style="text-align: justify;">
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<div style="text-align: justify;">
Todo lo contrario se podía decir de Italia, automatizada brillantemente por Conte. Sin nervios ni precipitación, la selección italiana supo penalizar la descompensación española con un toque seguro y sereno. Las ocasiones solo podían ser italianas. Un cabezazo de Pellé obligó al primer lucimiento de De Gea. También se incorporó Giaccherini, Parolo cabeceó tras un envío de De Sciglio... No salió España del aturdimiento y eso le costó el primer gol. De Gea rechazó como pudo una falta cercana de Éder y mientras que solo Piqué fue al rechace por los españoles, dos italianos buscaron el balón. Tocó Giaccherini y remató Chiellini. El 0-0 era lo mejor para España, pero el 1-0 tampocó iba a traer lamentos. España dudó y nunca lo tuvo claro. Y Pellé provocó y evidenció el desconcierto. Contribuyó a que la salida de balón española fuera deficiente al ser la sombra de Busquets, y en los despliegues italianos siempre recibía sin oposición. Como si los centrales de España tuvieran una orden de alejamiento, Pellé siempre pudo recibir y descargar desahogado. España fallaba. España reincidía. Las malas transiciones defensivas ante Turquía. Las facilidades en el juego directo del rival hacia Necid, contra Chequia. De Gea aún se guardaba un vuelo tras un tiro de Giaccherini que apuntaba a la escuadra. Sí, al descanso el 1-0 era lo mejor de España.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Italia quería la iniciativa y se lo recordó a España cuando Florenzi se incorporó al ataque al comienzo de la segunda mitad. La Italia de Conte se exhibía gracias a una perfecta coordinación de todas sus piezas que provocaban superioridades por todo el campo. Volvió a descargar Pellé un balón y dejó solo al rápido Éder, que no pudo ante De Gea en el uno contra uno. No sería la última gran llegada. Solo el físico le dio una tregua a España. El desgaste italiano se fue notando y España intentó sacar partido con Aduriz ya en el campo. Una buena combinación acabó con un remate desviado del ariete. Ese mismo cansancio italiano ensució su juego desde atrás y España sí pudo robar. Ganó presencia ofensiva, pero aun así nunca destapó el ingenio. Un tiro de Iniesta. Otro de Piqué. En ambos, Buffon como seguro. Conte, ya incontenible, trataba de insuflar oxígeno desde el banquillo.</div>
<div style="text-align: justify;">
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Del minuto 65 al 80 la posesión ya no se discutía y España tenía el 75%. Pero el juego tenía más urgencia que criterio. Eso pudo bastar, y en un balón colgado Piqué remató a quemarropa. Buffon se lució con una parada abajo. Poco después, Insigne templó bien una contra, abrió para Darmian y Pellé puso la puntilla. Más que frustrada, España acabo impotente. La Italia del volcánico Conte le cambió el paso. Le puso a contrapié y le hizo tropezar.</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-46075224197273937242016-06-17T22:59:00.002+02:002016-06-17T23:02:28.314+02:00Anochece en Croacia<div style="text-align: justify;">
Croacia seguirá mirando a un cielo que se le oscureció de pronto, y ahí aún intenta descifrar qué futuro esconde las estrellas en la noche. Celebraría encontrar, desnortado y perturbado, la estrella polar. Así se siente tras desperdiciar un 2-0, ver a Modric lesionado y, sobre todo, sufrir a unos vándalos que podrían sacar a la selección del torneo. Todo en un partido que estaba bien controlado, tanto con Luka como sin él. En el que con 2-0 estaba más cerca el tercero croata que el primero checo. Y que con 2-1 estaba igualmente más cerca el 3-1 que el empate. Pero llegaron los errores puntuales de los centrales Corluka y Vida, hasta entonces eficaces en su tarea.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es muy fácil resumir el desenlace del partido así: con Modric el resultado era 2-0 y sin él, 0-2. <i>Qué importante es Modric</i>. Y sí que lo es. Pero no existió causalidad. Croacia defendía y transitaba bien. Amenazaba y no concedía. Cuando pudo nacer la incertidumbre con el 1-2 de Skoda, Croacia respondió con facilidad: reactivación y control. Chequia se había visto obligada a la iniciativa en el segundo tiempo. Su clasificación estaba en juego. Subió líneas, pero sin generar ocasiones. Cuando las cosas se hacen por obligación y no por convicción es más complicado hacerlas bien. Chequia tenía que cambiar su plan. Porque el partido también sirvió para subrayar la naturaleza de ambas selecciones, ya apuntadas en la primera jornada: una Croacia protagonista y una República Checa defensiva.</div>
<div style="text-align: justify;">
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Perisic, Rakitic (MVP), Modric, Srna... Muchas piezas formaban el buen engranaje croata, que siguió en marcha cuando Luka se marchó. Pero llegó el bochorno desde la grada. Múltiples bengalas, un petardo que explotó junto a un operario... El episodio pudo turbar, o no, a Vida, en la mano más torpe que podemos recordar. Impotentes y avergonzados, a los croatas solo les quedaba tragar con el empate. Se fue un partido, se retiró Luka y se puede escapar la Euro. De pronto se hizo de noche en Croacia.</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-38454034549027438962016-06-11T00:36:00.000+02:002016-06-11T00:43:54.881+02:00Payet es irresistible<div style="text-align: justify;">
Payet lo hizo. Y vaya si lo hizo. Le robó el protagonismo a Rumanía. Le borró de los titulares. Desactivó la sorpresa con una asistencia y un gol. Y una ascendencia imprescindible. Fue la respuesta que encontró una Francia con más apuros de los deseados, quizá también más de los previstos. Delante se había plantado una versión muy competitiva de Rumanía. Sí, estaba en la Euro pudiendo presumir de un currículum muy pulcro: fase de clasificación sin derrotas y solo dos goles recibidos. Pero ahora se le venía encima todo un país, una anfitriona obligada a ser más que candidata. A ser favorita. Una reválida de máxima exigencia, que ponía a prueba sus cualidades. Y sacó muy buena nota.</div>
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Rumanía fue valiente al comienzo y disciplinada siempre. La Rumanía invicta era capaz de igualar el nivel del rival para seguir mostrando sus atributos. Francia se revolvió al descaro inicial con un tiro al palo, pero los galos se iban a mostrar incapaces de desestabilizar a los rumanos. Era un equipo sin control de la situación, con el peligro latente de algún impulso arrollador. Griezmann y Payet hacían avanzar a una Francia que sin ellos le costaba maniobrar sin caer en la descoordinación y la precipitación. No ayudó Pogba, cuyos adornos solo frenaban a su equipo. Tampoco Giroud, atado en corto y errático.</div>
<div style="text-align: justify;">
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<div style="text-align: justify;">
La segunda parte volvió a ver a una Rumanía envalentonada, y Stancu volvió a rozar el gol con otra pelota puesta por Stanciu. Griezmann y Payet debían volver a sumar por dentro, recibiendo y clarificando el juego. Y el del West Ham acabó iluminándolo todo. Empezó a arrancar, frenar y asistir. Hasta que puso el centro del 1-0. Prontó empató Rumanía, de penalti, porque los rumanos no iban a rendirse tan fácil. Se fue Griezmann y Coman y Martial trataron de dar vuelo por las bandas. Pero el hombre era Payet, con permiso de Kanté. Y Payet, en el 89', lo hizo. Hizo lo que tantas veces ya ha hecho. Decidió con su calidad, favorecido por su reubicación en la mediapunta. Desde ahí soltó un zurdazo a la escuadra de impresión. O de expresión, pues te podía salir de la boca cualquier disparate. Emocionante y emocionado, tuvo la oportunidad de recibir la ovación del repleto Saint-Denis. Payet merecía ese desenlace, aunque no lo merecía Rumanía. En el día en el que Rumanía compitió, Payet fue irresistible.</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-73688554901558994972016-04-01T12:43:00.001+02:002016-04-02T11:59:25.975+02:00A mí también me regateó Cruyff<div style="text-align: justify;">
Empecé a ver fútbol por la televisión (o lo que es lo mismo, a seguirlo) en la temporada 96/97. <i>La Liga de las Estrellas</i>, la llamaron. Pero por encima de todo, era la Liga 1 d.C. El primer torneo liguero después de Cruyff. Yo aún no lo sabía. Tampoco sabía quién era Cruyff, ni su influencia ni legado. Lo tuve que descubrir poco a poco, con imágenes aisladas de un albúm de oro que desconocía. El 0-5 del Bernabéu, su taconazo inverosímil al Atlético, reliquia de nuestro campeonato, el 5-0 con un Romario de dibujos animados, un 2-0 en Copa al Madrid, la Copa de Europa en Wembley… </div>
<div style="text-align: justify;">
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<div style="text-align: justify;">
Las páginas se iban completando de modo más fortuito que intencionado. La grandeza de la obra de Johan, lo entendí luego, le hacía eterno y le acercaba a todos aunque no le buscasen. Las imágenes seguían. Un día fue el 0-6 en San Mamés, otro aquellos apasionantes finales de Liga… Evidentemente, también el 4-0 de Atenas. O, volviendo al Cruyff jugador, la final mundialista ante Alemania, donde Johan, en el primer minuto, concentró su talento y genialidad. Toda esa <i>cosmología cruyffista</i>, ese universo propio, iba llenando los espacios vacíos en mi cabeza.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero quedaba entender el conjunto, su contexto. Cuál era la naturaleza de la obra y del protagonista. Y así lo terminé entendiendo. Fue un jugador formidable que transformó al Barça. El maestro del cambio de ritmo que, precisamente, le cambió el paso al club de manera trascendental y sin fecha de caducidad. Le engrandeció. Como jugador avisó de la revolución identitaria, estilística y triunfal que estaba por llegar. Tras 14 años sin ganar una Liga, el Barça la levantó en el estreno de Johan, con aquel 0-5 al Madrid por el camino. Entonces no pudo abrirse un ciclo. Pero se sembró una semilla fundamental.<br />
<br /></div>
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Años después, con el recuerdo y admiración hacia el jugador, se dio la bienvenida al entrenador. En ambos casos, su clarividencia y liderazgo iban a contagiar al Barça hasta hacerlo suyo. El Barça de Cruyff era el mismo Johan. La entidad azulgrana comenzó a ganar mucho, incluso a ganar como nunca (Copa de Europa), pero sobre todo ganó una identidad. Con ella, el club se expandió, se modernizó y encontró un camino. Sistematizó un estilo que le hizo gigante. El Barça de hoy, el de mañana, no se podrá entender sin Cruyff. Por eso no solo fue un genio, sino que también se convirtió en una leyenda.<br />
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Todo eso lo supe, ya digo, con el paso de los años. Entre todas esos episodios sueltos que fui recopilando llegué al Atlético del doblete, a esa final copera en la Romareda. Enmarcado en el éxito rojiblanco, en el reverso, empezaba la despedida de Cruyff. Demasiado pronto para mí. Cuando a través de la pantalla de la televisión me convertí en un espectador más del Camp Nou, él ya se había ido. Mi primer Barça lo formaban Bobby Robson, Ronaldo y Luis Enrique. Un Barça nuevo. Antes de darme cuenta el 14 ya se había ido. Como si yo fuese un defensa alemán, puedo decir que a mí también me regateó Cruyff.</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-17340799520350643552016-02-24T02:44:00.000+01:002016-02-24T02:51:48.496+01:00Y la Juventus levantó la voz<div style="text-align: justify;">
Callada, silenciada y censurada. La Juventus quería replicar, pero no se lo permitían. Una sola palabra quedaba prohibida. <i>Aquí no se discute</i>, decía el Bayern con su juego. Y no se discutió. No durante 63 minutos de juego apabullante y resultado fulminante: 0-2. Durante todo ese tiempo, el equipo de Guardiola se apropió del terreno de la Juventus y ejerció su conquista con una posesión eterna y avanzada. Y la presión tras pérdida evitaba cualquier respuesta. La plasticidad del Bayern se tradujo en un 3-5-1-1. Vidal se incrustó entre Kimmich y Alaba, Lahm y Bernat se reconvertían en interiores que escoltaban a Thiago. Y bien abiertos, Douglas Costa y Robben. Sacamos de la línea a Müller porque él precisa una sola para él. Puede bajar al medio, ir hacia fuera o respaldar a Lewandowski en punta. Él decide. Así repartidos, los jugadores del Bayern clavaron su bandera en el campo de la Juventus, que a su vez se juntaba atrás con tantos escudos como flechas. Disparó Vidal, perdonó solo Müller, voleó Robben y cabeceó fuera Lewandowski. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sí, pero <i>cero a cero</i>. Tanta fascinación quedaba inconclusa. Pero era irresistible, y el propio Müller, siempre puntual, remató en el área una jugada fabricada por los extremos y con un balón salvado por un Douglas Costa afilado. Y la segunda parte comenzó como punto y seguido. Entonces Robben corrió desde la derecha y dibujó una trayectoria hacia dentro paradójica: conforme se alejaba de la portería se acercaba al gol. Condujo a la izquierda, retrocediendo su posición, hasta encontrar la rendija necesaria y clavó el gol que tantas veces ha repetido. Un zurdazo inapelable. Ya no podía pasar nada malo para el Bayern. Con ese juego, ese resultado, esas alturas de partido... No podía.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y entonces, el minuto 63. Kimmich dejó mal un balón que Mandzukic no dudó en ceder a Dybala, aprovechando que el propio Kimmich se había quedado descolocado. Y el argentino marcó. Se acabó el sometimiento. La Juve levantó la voz. El partido se agitó. El Bayern ya no iba a controlar un juego que se había revuelto. Los de Allegri se expresaron como nunca antes, cargados de fogosidad, y Sturaro se anticipó a Kimmich, pobre Kimmich, para rematar desde cerca a Neuer, que había evitado el empate en un tiro de Cuadrado como él sabe: erguido y firme. Ante Sturaro no pudo hacer nada. Desbocada la Juve, el Bayern perdió su discurso persuasivo. A los de Allegri le dieron la palabra y ya no calló.</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-14624051349970772602015-09-14T14:03:00.000+02:002015-09-14T14:06:29.079+02:00El Chelsea más confuso<div style="text-align: justify;">
En 5 partidos el Chelsea ha sumado 3 derrotas. Hay más. El liderato, en manos del Manchester City, ya está a 11 puntos de distancia. Son unos números desoladores para un equipo vigente campeón de Liga. Y sin embargo, hay algo peor que los resultados. El juego del equipo preocupa y desconcierta a partes iguales.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El desplome del Chelsea es tan súbito como para haber sido previsto. La derrota en la Community Shield ante el Arsenal, la primera ante Wenger, se está mostrando más indicativa que accidental. El comienzo de Premier League es impropio de un campeón. Un campeón construido, además, por Mourinho. Los terceros años de Mourinho en un club tienen tanta fama como los segundos. Si las segundas temporadas son excelsas (Champions con el Oporto, triplete con el Inter o Liga con récords con el Real Madrid), las terceras acaban intoxicadas. Es cierto que en su anterior etapa Mourinho comenzó una cuarta campaña con el Chelsea, pero el ambiente venía enrarecido, en un año (2006-07) con dos Copas nacionales pero sin la Premier (Manchester United).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora mismo, el equipo parece desorientado y confuso. El efecto inmediato es que el propio aficionado se siente confundido ante el panorama. El Chelsea, más creativo o más directo con la pelota, siempre se distinguía por controlar los partidos, por su autoridad. Era un equipo muy seguro y sólido. La convicción parece perdida y todos buscan la razón. Ante el Arsenal el equipo se vio impotente, ante el Swansea resultó dominado, ante el City sorprendido y ante el WBA fue irregular. El Crystal Palace le jugó sin miedo y el Everton, junto, concentrado y decidido, ató a un Chelsea romo. Porque el equipo de Mourinho no solo está siendo inseguro atrás, sino que también llega a ser inofensivo en ataque. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La disfunción colectiva tampoco encuentra respuestas individuales. Están las dignas excepciones de Courotis y Begovic en la portería y de Pedro. Por lo demás, nadie está en un estado de forma reconocible. La línea defensiva, lejos de temible, parece asustada. Terry ya ha vivido demasiados sobresaltos e Ivanovic anda castrado. Montero y Bolasie lo pueden decir. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Fàbregas toca, pero no profundiza. Ni juega ni hace jugar a un equipo plomizo y previsible que encadena pases con mucha rutina y nada de ingenio. Su socio y complemento, Matic, parece perdido y el partido ante el WBA pudo ser el más caótico de los que haya jugado nunca.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A partir de ahí, cuando la contención se agrieta y la mente se enturbia, la maquinaria chirría. Hazard no logra rebelarse y es otra víctima de la inercia. Sus arrancadas potentes y hábiles, capaces de perforar cualquier defensa, no aparecen como solución temporal. Con el juego embarrado, Diego Costa queda minimizado y comienza a crisparse.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hay tantas cosas imperfectas que no parece que el Chelsea sea el vigente campeón de la pasada Premier. Un equipo que solía ser solvente y que hasta tuvo momentos de brillantez. Un equipo fiable, contraste de un City poderoso pero despistado. Esa fiabilidad le hacía peligroso. Hoy no lo es. Y este sábado recibe al Arsenal en Stamford Bridge.</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-45410076579219428422015-05-29T00:57:00.002+02:002015-05-29T00:57:43.410+02:00El Hamburgo sufre y el Karlsruhe avisa<div style="text-align: justify;">
El Hamburgo empató en casa a goles. Lo que siempre es una mala noticia en una eliminatoria fue un respiro para el equipo de Bruno Labbadia. Esa es la realidad para un Hamburgo que de momento no logra redimirse en la promoción. Más bien, el partido de ida fue un perfecto muestrario de sus defectos. Bien lo disfrutó un gratificante Karlsruhe, que se adelantó pronto y casi encarrila la eliminatoria. Al final no pudo ni aguantar la ventaja, pero no deberían verse afectados por eso. Jugaron suficientemente bien para mantener su confianza intacta.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El partido se abrió pronto gracias a que Hennings quiso mostrar el motivo de sus 17 goles en Liga, los que le hicieron máximo goleador. La maniobra para el 0-1 fue maravillosa, dejando correr la pelota en un perfecto dominio del espacio y ajustando al máximo el remate cruzado. El delantero, canterano del Hamburgo, no dudó en mostrar su alegría y dejó ver al ex del St. Pauli. El gol suele ser un golpe anímico, bueno o malo según si se marca o se encaja. El Hamburgo lo asumió con impacencia. Era la primera parte de la ida y jugaba como si fuera la segunda mitad de la vuelta. La necesidad no le benefició en nada y era incapaz de profundizar por falta de ideas y exceso de imprecisiones. Lasogga, sin opciones colectivas, fabricó la gran ocasión local. Mientras, el Karlsruhe se mantenía tranquilo y fuerte con su 4-4-1-1, defendiéndose con rigor y alargándose con confianza. Hennings tenía presencia, Torres encaraba, Nazarov cuidaba bien la pelota y los laterales se asomaban. En una de esas incorporaciones, de Max, llegó un momento crítico: doble remate al larguero.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El Hamburgo se tambaleaba. El empuje parecía su única respuesta. Marcelo Díaz, eje en el medio, trataba de contagiar su fútbol, darle serenidad, orden y calidad a las posesiones de su equipo. Pero el panorama que le rodeaba hacía que el chileno fuera insuficiente. Nervioso y ansioso, el Hamburgo insistía. Quería empatar sin saber cómo, hasta que un hilo de claridad llegó tras un despiste defensivo del Karlsruhe, que dejó demasiado suelto a un Ilicevic que empató. Un alivio para un equipo angustiado. El 1-1 le deja en desventaja en la eliminatoria, pero aplazó un desastre que igualmente cada vez se ve más cercano. El Hamburgo parece preso de sí mismo desde hace mucho. Y el Karlsruhe se muestra preparado para aprovecharlo.</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-73911719959036841972015-04-22T01:22:00.001+02:002015-04-22T01:43:44.757+02:00El Bayern más certero jugará las semifinales<div style="text-align: justify;">
El túnel de vestuarios estaba cargado de una atmósfera que mezclaba concentración y sobriedad. No había distensión, pero tampoco se veía miedo. Responsabilizados y mentalizados. Así parecían salir los jugadores del Bayern. Unos jugadores que tardaron muy poco en añadir efectividad a esa sobriedad. Fue un equipo imparable para el Oporto. 3-0 a la media hora, 5-0 al descanso y 6-1 al final. El Bayern remontó el 3-1 de la ida con una suficiencia desmoralizadora ante un Oporto impotente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Guardiola apostó por lo que podría dibujarse con un 4-2-3-1. Con Lahm en el extremo derecho y Bernat y Götze repartiéndose el izquierdo, el Bayern buscaba la amplitud. En el medio, Xabi mantenía la posición mientras Thiago iba y venía. Por el camino, el hispano-brasileño se movía como quien describe una coreografía bailando con la pelota, con ese punto armonioso. La recibía, la escondía y, 'tic', la picaba para un compañero. Correteaba y jugueteaba libre, y con esa misma libertad hizo el 1-0, un cabezazo incorporándose al área. Fue en un centro de Bernat, resaltándose a su vez ese juego amplio que buscaba el equipo. Como nueva muestra de la importancia de las bandas, el 2-0 vino precedido de una jugada en la que conectaron Bernat y Lahm. El córner posterior lo cabeceó Boateng. Desorientado el Oporto por el panorama, Lopetegui habría pedido un tiempo muerto de haber podido, una pausa para asimilar los acontecimientos. Sin esa posibilidad, su movimiento fue el de cambiar a Reyes por Ricardo. El 3-0 contó de nuevo con Lahm, pero además premió a los dos jugadores ofensivos que quedaban por presentar. Müller y Lewandowski ya habían conectado antes, en una doble ocasión con parada de Fabiano y tiro al poste. No es nuevo que ambos, por sí solos, son capaces de desmontar a las defensas rivales. En el tercer tanto, combinaron de lujo para el testarazo del polaco.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tras todo ese acierto rematador había un equipo, el Bayern, que dominaba. Lo hacía seguramente del mejor modo posible: con continuidad pero si angustiarse. Con más paso seguro que ligero. Además, desactivaba rápido las salidas que intentaba el Oporto cuando recuperaba. Todo iba de cara y el 4-0 lo confirmó: un tiro de Müller fue desviado por Martins Indi y el balón, encima, se coló por debajo de las piernas de Fabiano. Aún quedaba el 5-0. Los goles fueron llegando de manera irresistible, como si no fueran más que una consecuencioa inevitable. Sin forzarlos por los atacantes y sin ser detectados por los defensas. Fueron ocho tiros entre los tres palos en la primera mitad. El margen de error fue mínimo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La segunda parte quedó como un compromiso que cumplir. La desmotivación pudo haber sido el gran enemigo del Oporto, pero no fue así. Lopetegui varió el dibujo y con la entrada de Neves por Quaresma pasó a un 3-5-2 que le hizo dominar el juego. La posesión, amplia para el Bayern en el primer tiempo, se decantó para el Oporto tras el descanso. Con la pelota, circulándola, los portugueses no se abandonaron al fatalismo y sin mirar el resultado no quiseron dejar de competir. El premio fueron unos minutos de intriga imprevista. Marcó Jackson Martínez y aunque aún necesitaba dos tantos más, el Oporto llegó a preocupar. Un tiro junto al poste de Jackson pudo inventar un final de partido sorprendente. El delantero colombiano se hizo enorme en esos minutos. Al final, en la misma jugada se cerró cualquier amago de resurrección. Marcano recibió la segunda amonestación por una falta que transformaría Xabi Alonso.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El Bayern fue capaz de superar un momento delicado y proseguir en la competición que más engrandece a un equipo. Con su planteamiento, calidad y efectividad desorientó al Oporto, golpeado en la primera parte y orgulloso en la segunda.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<b>Pep Guardiola</b>, entrenador del Bayern: "Estamos muy, muy felices con nuestra actuación, especialmente tras las recientes semanas en las que teníamos problemas para marcar. Podemos jugar mejor incluso. En la segunda parte el Oporto cambió su sistema y tuvimos problemas. En la Champions League nunca puedes desconectarte. Thiago jugó muy bien. Su fortaleza es su mentalidad. Después de un año fuera está de vuelta y haciéndolo realmente bien".<br />
<br />
<b>Julen Lopetegui</b>, entrenador del Oporto: "No jugamos bien en la primera parte. Tenemos que recordar esto en términos de experiencia. Hay 300 o 400 partidos de diferencia entre ambos equipos. Sabíamos que intentarían usar las bandas. Hemos estado excelentes durante toda la competición. Tenemos un equipo joven y nos recuperaremos".</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Declaraciones de UEFA.COM. </div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-61412451360286570092015-04-12T22:32:00.000+02:002015-04-12T22:48:33.998+02:00Competir tras someter<div style="text-align: justify;">
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</xml><![endif]-->Como es normal, uno no siempre coincide con las valoraciones
de Luis Enrique. Esas ocasiones responden ante algún análisis, en mi opinión,
demasiado positivo en algún partido concreto. Esta vez, sin embargo, tras el
empate a dos entre Sevilla y Barcelona en el Sánchez Pizjuán, sí suscribo sus
palabras. “En la primera parte fuimos netamente superiores, con muy buen
fútbol. Lástima los 3' en que perdemos el control. La segunda es una parte más
disputada, equilibrada, en la que los dos hemos tenido opciones pero ninguno ha
sido superior", resumió. Esa fue mi sensación en directo y, echando un
segundo vistazo, la he confirmado. </div>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El Barça sometió al Sevilla con presión, anticipación y
posesión. Los de Emery parecieron salir con más cautela que combatividad, pero
cualquier intento por rectificarse era difícil con ese Barcelona funcionando a
tope. El Sevilla se revitalizó con el 1-2 y estresó al Barça antes del
descanso. Tras él, el Sevilla mantuvo su mejor cara y el Barça, sin el dominio
de sus mejores minutos, supo aguantar. Los errores individuales penalizaron el
trabajo colectivo. Es esta segunda parte la que más me interesaba repasar.
¿Hasta qué punto desbordó el Sevilla? ¿Cómo decayó el Barça? ¿Hubo vuelco o
equilibrio? Con esas dudas visioné ese segundo tiempo y pude ir respondiendo a
esas cuestiones.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b>La continuidad pretendida.</b> El inicio de la segunda parte fue
positivo. Así, el Barcelona salió bien mentalizado. Cuidaba las posesiones
largas, buscando y encontrando a Iniesta, enlace entre defensa y ataque.
Precisamente en una de esas intervenciones Iniesta primero y Luis Suárez
después tuvieron el 1-3 ante Rico. El Barcelona habría cerrado el partido a
través de un buen regreso del descanso.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pese a eso, la actitud del Sevilla ya se veía distinta. Fue
avanzando sus líneas y a veces encadenaba aproximaciones. Eso, claro, provocaba
espacios que intentó aprovechar el Barça en alguna transición rápida
Iniesta-Messi. Con un rival más incómodo, el Barça nunca perdió su
predisposición a la posesión para volver a recuperar el dominio y enfriar al
rival. El equipo intentaba volver al escenario de la primera parte, con control,
anticipación y recuperaciones adelantadas. Lo lograba por momentos, pero el
Sevilla no permitía su continuidad. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b>El liderazgo de Aleix Vidal.</b> El Sevilla, ya decimos, subía
sus líneas y, más allá del posicionamiento en sí, se exhibía con más vigor.
Ahí, la agresividad y velocidad de Aleix Vidal inflamaba a su equipo hasta el
punto de ser el jugador que verdaderamente podía resultar incontrolable para el
Barcelona. Tanto fue así que él sería quien asistiera más adelante para el 2-2
de Gameiro.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b>La resistencia.</b> Cuando al Barça le tocaba recibir las
embestidas sevillistas lo conseguía resolver con general acierto, aunque hubiera
algún desajuste puntual. El equipo era apretado y exigido, pero no acababa de
ser desbordado. La concentración era buena y las vigilancias no fallaban. En
esta faceta cabe señalar a un Mathieu poco sutil pero atento y contundente, con
trabajo pero bien resuelto. Así podríamos caracterizar al Barcelona cuando el
Sevilla, vertical y decidido, salía al ataque. Todo ese intercambio de
intenciones quedó superado por un accidente, el mal pase de Piqué que activó a
un Reyes rápido y participativo para tocar a la carrera de Vidal para el gol de
Gameiro.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b>El cambio.</b> En esa segunda parte de alternancia, Luis Enrique
quiso reforzar el control con la posesión. Sobre todo, según lo visto, hacerla
continua y no por fases. Así, se juntaron Xavi y Busquets en el centro con
Iniesta y Rakitic en los interiores. Messi, como siempre, era otro
centrocampista que sumar, el quinto. Ese intento por ganar dominio y enfriar al
rival no surtió efecto. El Barça no conservó más o mejor la pelota y prevaleció
el ímpetu del Sevilla. Surgen dos preguntas sobre la naturaleza del cambio y a
la identidad del sustituido. En cuanto a lo primero, otras veces Luis Enrique
se ‘abandonó’ al intercambio de golpes, lo aceptó con agrado, como el día del
City en el Camp Nou (“si el rival prefiere arriesgar, con el potencial que
tenemos arriba, no les voy a decir que se paren"). Ayer no. Puede
deducirse que fue debido al respeto que le daba el poder y velocidad del
Sevilla, con Vidal como paradigma de esa amenaza que preocuparía a Luis Enrique.
Referido al sustituido, se trató de un delantero. En concreto, Neymar. Con un
Suárez cegado en el remate y un Neymar ligero y hábil, es normal cuestionar si
el brasileño debió ser el jugador cambiado. De cualquier modo, aunque el cambio
no tuvo los efectos buscados, con la jugada del 2-2 como gran detonador
imprevisto del plan, su intención era razonable.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b>Sabor final.</b> Aunque este empate sea más convincente que las
victorias precedentes, distingo dos motivos por los cuales el partido dejó una
mala sensación. No son otros que el juego y el resultado. La actuación
espléndida del Barça en gran parte de la primera mitad jugó luego en su contra.
Hizo parecer que la segunda parte se jugó peor de lo que realmente se hizo. Y
por todo lo ya explicado se jugó una inferior pero buena segunda mitad. Luego,
el empate cerca del final que dejaba próximo al Madrid y sin premio a tantos
buenos minutos no puede provocar otra sensación que la frustración y la rabia.
Todo junto hizo del postpartido algo más amargo que lo que dictaría el juego.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<span style="font-family: inherit;"></span>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-73368926800711174012015-01-26T13:39:00.002+01:002015-01-27T12:57:44.967+01:00Parece real<div style="text-align: justify;">
Era familiar. Era extraño. Lo que suena a paradoja no lo es tanto cuando ha pasado mucho tiempo. Cuando actitudes y comportamientos habían quedado atrás para convertirse, eso se suponía, en nostalgia. Y, de repente, cobran vida en el presente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es una sobremesa de descanso activo. Miro el reloj. Sintonizo la radio (adiós transistor, hola <i>smartphone</i>). Busco bufanda y guantes para el frío. Preparo las entradas. A falta de media hora de las cinco de la tarde salgo para el estadio. Esto significa cruzar la calle. Llego a la fachada y mientras espero, ocurre. Me veo a mí mismo en una tarde cualquiera, con una visita de tantas: Sporting, Salamanca, Elche, Eibar… La afición llega, se concentra, entra. A la derecha, las taquillas por las que tanto pasé. <i>“Una de Grada Lateral”</i>. A la izquierda, los tornos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero había algo ayer, como el reflejo que muestra la realidad sin ser la realidad en sí misma. La tarde era eso, un reflejo. Aquella Grada Lateral vacía, como un memorial de piedra. Mirando desde la distancia lo que fuimos. En el partido todo es recuerdo. Al rival albinegro ahora le toca vestir de rojo en el corazón grana. Sin realeza en La Condomina es ahora cuando su sangre se ha vuelto azul. La época de derbis de tensión compartida deja paso a la placidez y a la fatalidad, según el bando. No quedan goles salvadores de Aquino que mantengan el honor regional. Ningún cruce de improperios entre aficionados de Cartagena y Murcia. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora los tiempos son otros. Por la banda de Juanma esprinta Piojo. En el área Javi Gómez busca el gol con la maña que antes lucía Loreto. El mediocampo que apuntalaban Acciari y Tito lo ponen en marcha Checa y Chavero. UCAM y Real, apellido común. Poco más los asemeja en un campo que ya no está coronado. En él volví a respirar su aire, su aroma. Ese que siempre ha mezclado césped y tabaco. Que envuelve al partido, que acompaña al aficionado. Que lo hace todo tan conocido y familiar. Parece real.</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-22891014272510426002015-01-01T22:25:00.000+01:002015-01-01T22:52:04.755+01:00Manchester United y Arsenal decepcionan<div style="text-align: justify;">
En Navidad, la Premier League es tan apasionante como exigente. Los partidos se suceden y las rotaciones y el desgaste complican la continuidad de alineaciones y resultados. Los grandes no se libran de ello y el día de Año Nuevo fue una jornada de tropiezos. Antes de la impactante goleada del Tottenham al Chelsea, Manchester United y Arsenal tuvieron un amargo estreno de año, obra y mérito de unos convincentes Stoke y Southampton.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Stoke City 1-1 Manchester United</b></div>
<div style="text-align: justify;">
En el partido que inauguraba la Premier en 2015 el Stoke se ganó un punto con toda justicia y que pudieron ser tres. Con un planteamiento bien definido, los de Mark Hughes apostaron por el repliegue y lo hicieron con efectividad, bien reafirmados por el tempranero 1-0 de Shawcross. Fue un trabajo colectivo y concentrado. Los extremos, Walters y Arnautovic, ayudaban a los laterales, los medios, N'Zonzi y Whelan, vigilaban a los interiores del United y los centrales, Shawcross y Muniesa, salían a presionar y a anticipar. Con todo, el United tocaba pero sin ideas, dando lugar a un equipo lento y poco incisivo. Un recurso recurrente pero ineficaz fueron los centros al área, balones sencillos que iban directos a los guantes de Begovic. Agradó Falcao, activo desde el principio pero desacertado. Pese a eso,
lo mejor fue que el colombiano insistió y se fue entonando. De paso,
rescató el empate cazando un balón en el área. Su cambio en la segunda
parte sorprendió porque su participación aún podía ser productiva. Por lo demás, en defensa los de Van Gaal se tambaleaban con una inseguridad persistente por culpa de errores individuales. Jones, Smalling y Evans dejaron dudas. Con un Stoke predispuesto al repliegue y a la salida en largo, la defensa tembló.</div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><b>Mark Hughes</b>, entrenador del Stoke: "Creo que fuimos mejor equipo. Por ocasiones creadas y presión estuvimos más cerca de marcar. Jugamos nuestras cartas (buscar balones largos). No era el día para bajar la pelota. Creo que tácticamente dimos en el blanco. Los jugadores lo hicieron genial hoy".</i></div>
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<i><b>Louis Van Gaal</b>, entrenador del Manchester United: "Empatamos y pienso que no merecimos más. Ellos estuvieron más cerca del gol que nosotros. Tuvimos mucho espacio y tiempo para crear. Pudimos jugar mejor. Los centros no fueron muy buenos. Tenemos que jugar mejor fuera, para mí no hay diferencias entre jugar en casa y hacerlo fuera".</i></div>
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<b>Southampton 2-0 Arsenal </b></div>
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En lucha directa por las plazas Champions (cuarto contra quinto, empatados a 33 puntos), el Southampton ganó al Arsenal por una razón principal: tuvo la solidez defensiva que nunca encontró su rival. Y eso que la primera parte transcurría con igualdad, con posesiones alternas y ambos equipos replegando sin balón. El desequilibrio llegó con el primer fallo defensivo, del Arsenal. Szczesny salió donde no debía, Koscielny se quedó en zona de nadie y Mané se marcó <i>un Vieri</i>. En el 2-0 Szczesny falló de nuevo por precipitación y despejó con el pie regalando el balón a Tadic. Solo unos momentos antes Forster había evitado el empate con una sobresaliente estirada, enorme bajo palos. De la fragilidad el Arsenal pasó al descontrol y finalmente a la impotencia. Con un banquillo de circunstancias apenas había margen de maniobra en ese sentido, poco más que un Walcott sin influencia. Durante el partido Alexis fue el más punzante. El Southampton acabó cómodo, encontrando con facilidad salidas peligrosas. Pellé no tuvo su día y remató dos veces a los palos y Debuchy le negó otro gol sobre la línea. Bertrand regresó al once con soltura, con buenas incorporaciones, y Wanyama acabó como gran líder en un mediocampo, recordemos, sin Schneirderlin. El Arsenal acabó perdido. Mientras... <i>the Saints go marching in.</i></div>
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<i><b>Ronald Koeman</b>, entrenador del Southampton: "Quizá sea la victoria más importante de la temporada. Tuvimos que marcar más goles, pudimos matar el partido en la segunda parte. La organización del equipo fue espectacular, el Arsenal tuvo mucha posesión pero no crearon mucho. Tuvimos un buen espíritu y presión. Forster hizo una-dos paradas fantásticas en momentos importantes. Hasta el 1-0 el partido estaba equilibrado. Tras el gol, estuvimos más cómodos y ellos tomaron más riesgos. El 2-0 fue un feliz regalo de Año Nuevo del Arsenal".</i></div>
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<i><b>Arsène Wenger</b>, entrenador del Arsenal: "(Sobre la amarilla a Gardos) Si un uno contra uno ante el portero no es ocasión de gol no sé cuándo lo será. No defendimos bien, tuvimos el control del partido pero concedimos, tan simple como eso. El Southampton defendió bien, el portero estuvo bien, pero solo podemos mirar nuestra actuación defensiva. El equipo dio mucho pero no puedes permitirte este tipo de errores a este nivel".</i></div>
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*Las declaraciones de los cuatro técnicos han sido tomadas de Sky Sports.David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-420195031707864726.post-78175427020124776062014-10-05T20:18:00.000+02:002014-10-05T23:25:23.609+02:00Cada segundo cuenta en Stamford Bridge<div style="text-align: justify;">
La previa del partido entre Chelsea y Arsenal ya venía cargada de alicientes. Un Chelsea líder y sólido, un Arsenal ante la enésima prueba ante un gran rival, el duelo entre Mourinho y Wenger y la imbatibilidad del portugués ante el francés. Y Fàbregas. Primer partido ante el Arsenal. Encima, los 15 minutos de retraso del inicio del partido (por unos incidentes en el exterior) solo aumentaron la expectación ante la cita que estaba por venir.</div>
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Desde las 15,20h (hora de la España peninsular) se reveló un partido interesante. Parecía que habría competitividad. Fue un Arsenal que no salió pasivo, resignado por el atropello de los acontecimientos. Se recordaba el 6-0 del año pasado (2-0 a los 7’ y 3-0 a los 17’). Bueno, y el 6-3 ante el City, y el 5-1 ante el Liverpool. Y esta temporada el 2-0 en Dortmund, que bien pudo ser otro saco. Por eso agradó tanto ver a un Arsenal que daba valor a su calidad añadiendo una actitud agresiva, claramente mentalizados sus jugadores. Tampoco queda otra ante un Chelsea que no será por pierna dura, mandíbula apretada y calidad ofensiva.</div>
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Tensión y accidente se unieron cuando Alexis chocó con Courtois. El belga siguió unos minutos pero no pudo recuperarse del golpetazo en su oreja. Luego una falta de Cahill que pudo ser roja desencadenó un enfrentamiento de banquillos, con Wenger empujando a Mourinho. Hasta ese extremo se representó la igualdad y la intensidad del partido. Los entrenadores, al acabar, se fueron ni mirarse, claro.</div>
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La disputa seguía. El Arsenal pisaba el campo rival pero siempre veía cómo el Chelsea no perdía el orden y replegaba a gran velocidad. Cada pestañeo era un metro menos. Y en esas Hazard decidió romper. Simplemente maravilloso. Velocidad, habilidad y verticalidad combinadas para provocar un penalti que él mismo convirtió. Fue un trueno. <a href="https://twitter.com/theRosende">Carlos Rosende</a> definió la acción con sencillez y precisión: <i>“Cazorla no llega, Chambers tiene amarilla y no se atreve, Koscielny arriesga muchísimo y Hazard es buenísimo. Nada nuevo bajo el sol”</i>. Sin que colectivamente nadie hubiera inclinado el juego, el belga había puesto el vértigo y el desequilibrio.</div>
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Ay, los detalles. Uno fue la arranca de Hazard. Los otros, los de Alexis, en el choque con Courtois, y Wilshere ya ante Cech. Pudieron quedarse solos pero con controles defectuosos se quedaron con las ganas. Lo que vale un buen control.</div>
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La segunda parte sirvió de continuación. Mucha disputa. Poco de los porteros, pero mucha disputa. Qué enorme fue la imagen de Flamini, gritando a sus compañeros para que subieran líneas y apretaran la posesión que el Chelsea tenía en esa acción. Agresividad. Otra vez lo que el Arsenal quería mostrar, no ceder en el pulso. Aunque a Flamini se le fuera la mano, o mejor dicho el codo, minutos antes con Diego Costa.</div>
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El Chelsea se juntaba en su campo, aguerrido, alambrando cada metro que buscaba asaltar el Arsenal. Un plan reforzado cuando Mikel salió para acompañar al siempre impecable Matic, con Cesc adelantando su posición. La posesión del Arsenal buscaba la lógica profundidad. Ahí destacaba Cazorla, el más entonado para aligerar y limpiar la circulación. Por eso resultó tan sorprendente que él fuera el primer cambio de Wenger. Más aún cuando eso significaba que Özil seguía en el campo. En el campo, digo. En el juego nunca estuvo, siempre a una velocidad distinta a la del partido.</div>
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Concentrado y esforzado sin balón, estaba latente el peligro de los contragolpes <i>blues</i> gracias a la profundidad de Schürrle y la habilidad de Hazard. Ya había dibujado alguno el Chelsea cuando llegó el golpe definitivo. Cesc asistió en largo a Costa, que explotó feliz el espacio para definir seguro ante Szczesny. <i>Game over</i>. El Arsenal de Wenger seguiría sin ganar al Chelsea de Mourinho, pero el modo de competir no fue de perdedor. Mientras, Özil, tras los tres cambios, seguía en el césped, terminaba un partido al que nunca llegó. Un partido que no permitió despistes, donde cada metro y cada segundo contó.</div>
David Soriahttp://www.blogger.com/profile/16264436445962786770noreply@blogger.com1