lunes, 26 de abril de 2010

El tiro en el pie del Hamburgo

Bruno Labbadia era el nombre, y el declive del Hamburgo en la Bundesliga la razón que hacía de su continuidad en el club algo incierto. Al menos así era hasta ahora, cuando el 5-1 del Hoffenheim ayer ha traido la certeza a esos interrogantes: Labbadia ha sido destituido hoy como entrenador del club hanseático. Se acaba así con una etapa, pero se inicia lo que puede ser un error de cálculo fatal.

Desde el club podrán dar muchas explicaciones de por qué era necesario un cambio en el banquillo, pero lo que no podrán explicar nunca, o no podrán hacerlo con convicción, es el momento elegido para ello, a dos pasos de terminar la temporada. Una acción que parece alimentada por la impaciencia y la incapcidad de esparar a final de curso para tomar, entonces sí, la decisión que se considerara oportuna. Y se dirá, ¿por qué este es tan mal momento? Veámoslo. Para empezar, el Hamburgo está en medio de un reto duro y maravilloso, llegar a una final europea que además se jugará en su propio estadio, y para ello deberá superar en Londres al Fulham en el partido de vuelta. Un partido éste pleno de exigencia tras el 0-0 de la ida. Así, uno piensa en los desbarajustes que la salida de Labbadia puede suponer en torno a los jugadores. Resulta incomprensible que desde el propio club se haya provocado esta inestabilidad ante una cita tan delicada.

Pero esta crítica al momento elegido para la destitución no se debe sólo a la Europa League. Pensando en el caminar del Hamburgo en la competición liguera, tampoco aquí se entiende qué busca el club con el cambio: el Hamburgo, a falta de dos jornadas, no puede escalar más posiciones y los puestos europeos están imposibles matemáticamente. Es decir, ya no hay margen de mejora.

El club ha decidido designar a Ricardo Moniz como técnico en estos últimos suspiros. A falta de tres días de la cita en Londres, antesala de lo que podría ser una noche y una final históricas, en los despachos se ha considerado incapacitado a Labbadia para afrontar este reto cuando con él el equipo ha llegado hasta aquí. Con las cartas de la Bundelsiga ya echadas, sólo quedaba el sueño europeo. Y con este paso en falso se lo han podido cargar, por no esperar tres o cuatro míseros partidos, por tomar una decisión que nunca podrá arreglar la situación liguera y sí podrá estropear las opciones de un Hamburgo campeón europeo en su propio terreno de juego. Un tiro en un pie, en definitiva. O en los dos.

No hay comentarios: