No es complicado ver las similitudes entre Luis Nani y Cristiano Ronaldo. Ambos han recorrido hasta ahora el mismo camino en el fútbol, partiendo como grandes promesas de la cantera del Sporting de Portugal. Jugadores desequilibrantes en banda y reclutados por el United para que ejerzan bajo los focos de la élite como referentes del fútbol europeo y, por tanto, mundial.
El primero en dar el paso fue Cristiano. Tras un partido de pretemporada que deslumbró a sir Alex Ferguson fue llevado a Old Trafford para que un día fuera el líder de lo que tendría que ser un equipo temible. En ese día estamos, y ya hemos estado hace tiempo. Desde que el tremendo talento de Madeira está al servicio del conjunto en forma de goles y asistencias. Las filigranas en exceso hoy sólo son una parte de su repertorio, y que no abuse tanto de ellas como antes hace mejor al Mancheter al igual que a él mismo. Gracias a ello Ronaldo es hoy lo que es, entre otras cosas mejor jugador de la Premier por segundo año consecutivo.
Ahora, en un estado mayor de madurez, Ronaldo se encuentra con lo que parece su relevo natural. Cuando ves a Nani adivinas en él el mismo atrevimiento, verticalidad y desborde que en Cristiano. Y también su individualismo. Es ahí donde el de Cabo Verde debe escuchar los consejos que reciba, en especial de Ronaldo. Saber cuando esperar, cuando desbordar y cuando asociarse con sus compañeros es determinante para dar el salto. Tiene tiempo por delante para ello, y consejos no le faltarán. Dependerá de como los reciba y asimile. Cristiano Ronaldo supo pulir su juego y enriquecerlo. La velocidad, el regate y el gusto por estar en contacto con el balón deben ser sus armas a explotar. No una obsesión que le impida desallorrarse en otros ámbitos del juego. De Nani depende.
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