Sobre el césped de Tannadice Park, de Dundee, el Celtic se ha proclamado campeón de la Premier escocesa. Su victoria por 0-1 sumada a la derrota del Rangers frente al Aberdeen ha deshecho la igualdad en el liderato a favor de los pupilos de Gordon Strachan. Cualquier título es un motivo para la alegría descontrolada, y este no iba a ser menos. Sobre todo por producirse tras una remontada inesperada por la ventaja que poseía el Rangers, quienes han echado por la borda un título que podían tocar con los dedos. Mal negocio es que aparte de tener un juego plano y arcaico tampoco te acompañen los resultados. Así se les ha ido la Premier.
Pero si por algo será especial la noche de hoy es porque el éxito conseguido es la mejor ofrenda a una legenda del Celtic, fallecido víctima del cáncer que ha ensombrecido los últimos días a la familia del Celtic. Tommy Burns fue mediocampista, manager y técnico del conjunto católico. Así, fue miembro de la plantilla que ganó la Premier y la Cup en el año del centenario del club. Fueron 15 temporadas calzándose las botas para un único club, portando las franjas horizontales verdiblancas. En estos días Strachan ha recalcado dos cosas: la primera, la perdida que supone su muerte tanto por su contribución deportiva como por su valor como persona. La segunda, seguir adelante y trabajar por los éxitos del Celtic.
Hoy ha llegado el primer fruto de ese trabajo, en forma de corner rematado por Venegoor. Y la gente se despachó con el emotivo You´ll never walk alone, esta vez con un mayor significado. Podemos estar seguros de que el Celtic nunca caminará solo. Tommy Burns siempre cuidará de él, como hizo toda su vida.
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