miércoles, 14 de mayo de 2008

Eterno Larsson


Verano de 1994. Nos situamos más concretamente en el 28 de junio de ese año, en el Mundial de EE UU. Frente a Brasil, en la tercera jornada del grupo B, Henrik Larsson sería por vez primera titular con Suecia en un Mundial. A partir de ahí, el crecimiento de una figura hasta alcanzar el estatus de mito del fútbol sueco. Eso es lo que es, por eso en la selección no han podido dejar de insistir hasta convercerlo de su vuelta.

En esos comienzos en el fútbol de élite se distinguió por ser un sueco atípico cuando lo observabas. Con sus rastas y piel bronceada, el primer impulso era vincularlo con la atmósfera rastafari de Jamaica. Especial su aspecto y especial su fútbol. A lo largo de su carrera, Larsson se ha distiguido por ser un trabajador constante, un profesional del gol. En el Feyenoord se habrió camino, con dos copas de Holanda de por medio, hasta que en 1997 recaló en Celtic Park. Sus goles no tardaron en llegar y lo hicieron de la mano de un respeto y admiración procedente de la grada fuera de lo común. Un jugador debe tener algo especial, intangible -carisma se podría decir- para que en Barcelona y Manchester los aficionados sientan lo que antes sintieron los del Celtic. Respeto y admiración. En Larsson el gol es una consecuencia, el resultado de una dedicación continua, el respeto por tu profesión y por la gente que ocupa sus asientos en la grada.

Cuando Larsson marca, el que anota es el fútbol puro. Sin divismos, sin marketing por detrás. Por eso me exigo no olvidar a tipos como Larsson, Giggs o Scholes. Gente que dignifica este deporte. Por eso Suecia no paró hasta convencer a su mito para que regresará. Por eso están de fiesta tras escucharle diciendo sí, vuelvo. Y es que Henke es eterno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Larsson!! vaya crack.

1saludo
Planeta Futgol