No resultaba sencilla la actualidad del Arsenal. El equipo había empatado a cero sus dos primeros partidos de Premier, ambos ante rivales inferiores como Sunderland y Stoke. Eran dos puntos en el casillero que sabían a cuatro perdidos. No se había marcado, y por cada ocasión fallada resonaba un eco de lamento en el vacío dejado por Van Persie, quien a su vez no había tardado en marcar su primer gol con el United, ante el Fulham. Sin operaciones en el final del mercado y cuidando los balances financieros, tocaba ver, con expectativa, cómo se desenvolvería otro año más el grupo de Wenger. Bajo este contexto el Arsenal visitaba Anfield, midiéndose a un Liverpool también falto de resultados en el inicio del proyecto de Rodgers.
Y ganó, con un destacado ejercicio de sobriedad. Y ese resultado y esas formas parecen hacer menos dolorosos los empates anteriores, facilitan dos semanas de tranquilidad y dan confianza para jornadas próximas. No se trata de exagerar las implicaciones de un resultado, de una tarde. Es plantear esta actuación de los de Wenger como una base para la consolidación y hasta para el crecimiento.
El Arsenal triunfó el pasado domingo en Anfield por dos motivos. No solo fue importante su corrección colectiva, jugando bien la pelota, juntando líneas y cerrando espacios, sino que marcó diferencias su medio del campo, con solvencia y criterio. Con Wilshere fuera, síntomas así son importantísimos. Arteta fue el perfecto eje, con colocación, ayudas y un primer pase sereno para comenzar a jugar. Diaby cruzaba líneas y encontraba espacios. Su despliegue fue constante, su toque sencillo pero claro y acertado, limpiando las jugadas. Finalmente, Cazorla daba desequilibrio con sus pases tan precisos como bien pensados. Dinámico y participativo, además de definitorio con su asistencia y su gol, con él se cerraba un triángulo que resultó complementario y certero, dueño de un partido que un Liverpool escaso de intensidad no pudo decantar. Era un duelo basado en la posesión de balón que ambos buscan, y ahí el Liverpool discutió la posesión en términos porcentuales, pero no el juego. Tuvo un toque monótono y demasiado previsible, con Sahin víctima y contagiado de esa tibieza en el día de su debut.
Ahora se pausan las Ligas y enseguida asoma la Champions. Vienen dos semanas que pudieron ser agrias para el Arsenal de haber sufrido un mal resultado, pero que serán de una confianza tranquila gracias al convencimiento en el juego y al triunfo en el marcador. Con City y Chelsea a la vuelta de la esquina, el valor de neutralizar dudas incipientes ha sido el primer éxito.
miércoles, 5 de septiembre de 2012
El correctísimo Arsenal de Anfield
Etiquetas:
ARSENAL,
ARTETA,
CAZORLA,
DIABY,
FÚTBOL INGLÉS,
LIVERPOOL,
PREMIER LEAGUE
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario