Se rebela, se defiende. Pide humildad y una dosis de realismo. Los malos resultados y la preocupante imagen le obligan a pronunciarse. Lo malo es que hoy día Roy Hodgson es técnico del Liverpool y no de un equipo de pretensiones más modestas. Su mensaje, así, no parece encajar con el lugar que ahora ocupa.
Las críticas ya se suceden en torno al Liverpool, y las sensaciones que provoca su inicio de temporada son de desconfianza y pesimismo. Sin embargo, Roy Hodgson no lo entiende, y se sorprende por este estado de nerviosismo. Para ello expone dos argumentos, principalmente. Uno de ellos es que sus métodos de trabajo siguen siendo los mismos, es decir, aquellos con los cuáles el Fulham se clasificó para la Europa League (tras quedar séptimo) y posteriormente fue finalista de ella. Pero, ¿cuál era la exigencia del Fulham? Sus logros fueron una sorpresa, y ese factor de imprevisión jugó a su favor. Los rivales no le esparaban. Y eso le restaba presión. La paciencia es mayor cuando los aficionados saben que su equipo tiene limitaciones y su lucha se basa en encontrar una posición en la tabla cómoda, sin más. Y lo que se consiga más allá de eso bienvenido sea. Pero ahora está en uno de los clubes de mayor historia, en donde el éxito no es una opción, sino una exigencia que asumir. Por eso, cualquier comparación entre contextos tan distintos debe ser revisada.
El segundo punto en el que basa su defensa el veterano entrenador inglés es en la realidad en que vive el club. Séptimo la temporada pasada y postergado a jugar la Europa League, subraya la imposibilidad de luchar contra Manchester United y Chelsea, hoy por hoy por encima suyo. Cosa que sí que es cierta. El asunto es que las recliminaciones no vienen de eso, de no poder alcanzar a los dos dominadores contemporáneos de la Premier inglesa. Viene de no ser ni siquiera capaz de pugnar por las plazas Champions, de incluso caer en descenso y ser víctima del Northampton, de la Leaque Two, en la Carling Cup. No es que el equipo no llegue al notable, es que apenas roza el aprobado. Así, tampoco resulta convincente la mención a esa diferencia con los candidatos al título.
Más que explicaciones o un análisis convincente, lo de Roy Hodgson resulta más una huída hacia delante. Una forma de defender su figura con argumentos que no se corresponden con su actual equipo. La pregunta de los analistas ha sido recurrente, ¿sirve Hodgson para grandes equipos o su hábitat ideal es aquel donde dirige a clubes medianos-pequeños? Tras su fallido paso en el Inter y la situación actual esa sospecha gana peso. Y todavía más con argumentos para la defensa tan cuestionables. Son cerca de las 22,00h cuando acabo este párrafo. El Liverpool ha perdido ante el Blackpool 1-2 y confirma su estancia en puestos de descenso. Con el parón por los compromisos de selecciones serán dos semanas muy largas. "Ante United o Chelsea no, pero, ¿ante Blackpool tampoco hay que exigir?". Ahí radica el descontento.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Y hoy lo empeora manifestando que no esta nervioso porque con el Fulham estuvo 18 jornadas en plazas de descenso. Tenemos que volver a los managers del boot room creado por Shankly. Espero a Dalgliesh, muy defensivo, o mi preferido Roy Evans con el tipico passing game del Liverpool.
Oscar Aparicio. Cureton en mundoplus.
Seguidor del Liverpool desde finales de los 80.
Publicar un comentario